viernes, 31 de diciembre de 2010

31.12.2010 17:27

Mis galletas choco-café-cacahuate de año nuevo.

Mi 2010 no fue cualquier año. Empezó bien, al lado del amor y así continuó. Pasé momentos felices con mi Gato y jugamos mucho.
Hubo viajes, vacaciones y luego pocos viajes y terror.
Hubo amigos nuevos con quien platicar por las noches del messenger.
Hubo adicción al twitter y lindas relaciones allí también.
Hubo peleas calladas, internas, mentales y una reconciliación de palabras, las más veraces.
Hubo sexo, alcohol y mucha música.
Canté Mahler, volví a sentir el apoyo de quien canta junto a ti, me llené de amigos nuevamente, de esos amigos que te entienden y casi te leen la mente.
Pensé en el Olvido.
Pensé en la Desaparición.
Nada y todo se me hizo.
Mi 2010 fue del esperado viaje secreto y de tener un objetivo errante (ahora un tanto incierto).
Y por si fuera poco, en mi 2010 fue que finalmente me encontré y me dije:
"Evabé, ésta es quien eres, con chinos, chichis grandes, pantorrillas perfectas, constantes apetitos sexuales, magia en la cocina, adicción a la red y al pulque, gozosa, extrañamente tierna, con amor (aunque suene a cliché), amistades maravillosas, eternas, y familia (desperdigada, afortunadamente), familia que te dio la educación y los tips para sobrevivir."
El 2010 supe, después de casi 28 años de existencia, que no estoy sola en este mundo.

Gracias.
(Felicidades Shinji.)

17:43


31.12.2010 11:09


Podría empezar a rascar memorias del año, ver que tal vez no todo fue tan bueno, que no tuve aventuras, que no tomé tanto pulque, ni vi a tantos amigos, ni salí del paisito, ni probé nuevas comidas. Podría decir que estoy metida en casa o estoy en un desesperado café internet haciendo esta entrada; podría decir que me escapé de nuevo de las garras familiares y estoy en los brazos de mi amada.
Podría dejar de inventar.
Diré pues, que estoy sentada en mi silla-cuidadora-de-mí y que mi lap Ropota está posada en una mesa negra de patas retráctiles; que mis dedos de nueva cuenta han manchado el teclado, ahora de crema de cacahuate. Tomo un café no tan malo que decía en la etiqueta ser orgánico; como una rebanada del pansote que tanto me gusta; he tomado ya mi avenita, sí aquélla que madre me enseñó a preparar y que ella jura y perjura que gracias a ésta, no tiene gastritis, porque toma grandes cantidades de medicamentos.
Ante la ventana que da al garage y a la nieve, me he sentado a reflexionar (y a flexionar un tanto mi rodilla sobre la otra). He querido escribir tanto sobre este año que al principio parecía atole, pero ya a esta fecha he visto que ni como agua, ni como atole, sino como polvito mágico ha pasado por mí.
Podría hacer la enumeración de los hechos relevantes de mi vida en este periodo de tiempo, pero sería hacer mucha memoria.

Tal vez al rato.
11:27


31.12.2010


Las calzas bajo Robota. Las fotocopias sobre la nueva mesa. La lámpara apagada. Un bello y alto techo. Llegar aquí después de huir de la locura, después del mayor miedo, después de haber sentido frío del malo.
Aterrizar en estas tierras, aún sin frío, con calores veraniegos (sólo por una semana). Experimentar otro idioma e irse soltando poco a poco.
Ver que, después de todo, sí he aprendido a vivir.

¡Se siente tan bien!



lunes, 27 de diciembre de 2010

Pian pianito


Pian pianito que hay uno aquí, vertical y afinadito y que me puede mucho distraer, mas para distracciones tengo yo de sobra y eso que estoy sola en la casa más vieja que pude encontrar para alojarme, pero no temo, porque me gusta estar sola en casas grandes y empulgar a mis anchas los muebles y usar la cocina para mis satisfacciones.
Pian pianito que debo apurarme y seguir con el proyecto y dejar a un lado las malas experiencias y tener en cuenta que en este mundo, tanto existe gente enferma mental, como gente verdaderamente generosa y buena.
Pian pianito y los techos altos, los pisos de madera y la necesidad de una mesa con silla para sentarse, leer y escribir.
Pian pianito, que no estoy sola en este mundo.


martes, 21 de diciembre de 2010

El invierno


Viene el invierno con aires fríos, frescos, suaves y olores tenues.
Vien el invierno con hambre, sed y ganas de tener todo nuevo y ser otra y ser yo misma y reír y aceptar regalos y enviar unos tantos allende el territorio Americano.
Entre las noticias del sur lejano y las buenas nuevas y las ilusiones de lo también nuevo y que es bueno.
El invierno llegó y no estuve sola, pronto lo estaré, pero he de gozar estos días últimos de hablar español con alguien más.

jueves, 16 de diciembre de 2010

News


Raro estar aquí, raro sentirme cómoda, raro no sentirme sola, raro platicar con gente, raro perder mi rutina. Se fue, como si hubiera sido otra vida o como un sueño de esos que olvidas aunque no quieras.
Muchas preguntas y decisiones que tomar. Respuestas y puertas abiertas, caminos y no veredas; amigos y no terror.
Esa noche jamás la olvidaré, como tampoco me olvidaré de los que vinieron y me rescataron.
Enfrentarse con la locura real; aunque sería mejor decir que es irreal. Hacer relaciones inexistentes, tomar las suposiciones como las más puras verdades.
Dentro del universo de la cordura (o la más cordura que otras corduras, o la mediana cordura, la que no necesita medicación), lo irracional no es lo que parece.
Que de una discusión académica por instrucciones vagas y mente que necesita precisión, a aseverar que se insulta grandemente a una familia por el desagrado de ciertos autores en un curso, a estar completamente segura que habrá ataques físicos, al parecer, no hay más que una delgada linea, cuando se está enfermo mentalmente.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Anexo


...y tuve súbita felicidad por las tonterías hechas y palabras no huecas que vinieron de pronto a la pantalla de Robota.

Porque soy loca, muy loca.

Pasado


Todas las obsesiones, todas las pérdidas, ninguna ganancia, ¿ninguna?
De ser quien da consuelo, ánimo, consejo; a ser la que da el cuerpo nada más, la que nació para eso, a la que poco le preguntan; a ser la que saca pa'fuera, la que ayuda, la que (odiaré poner esta palabra) florece; a ser la segura, la que da fuego, la que no quiere más problemas, la que ama, la que sólo a dado cariño; a volver a ser la loca, obsesiva, controladora, la horrible mujer que pone en práctica las enseñanzas culpígenas que su madre le mostró.
¿Es todo esto cierto? ¿Soy sólo cuerpo o sólo seso o sólo sexo o sólo amor o sólo recriminación?
Un montón de palabras podría escribir para explicarme y jamás darme por bien servida.
¿En qué momento está ese control sobre mí de nuevo?
No ceder más, siempre me he prometido; sin embargo vuelvo a hacerlo, a decir que sí, que todo está bien, que no hay problema y sonrío de la manera amarga con la que suelo hacerlo y entre más pasa el tiempo, más guardo rencores. La pena.
Dejar y ser libre, no juzgar, que sean, ser paciente. Ha funcionado, ha habido menos presiones innecesarias, han ido y venido y han hecho lo que han querido a sus anchas, pero ¡me han dado cariño constante! Continuidad, consistencia.
Ésa ha de ser la diferencia. Quien deja una semilla sembrada y se va, esperando que se de algo, pero jamás regresa a siquiera darle un cuidado, difícilmente obtendrá algún fruto.
No. Sí. No.
No soy de cuidado extremo.
Sí soy de cuidado extremo, cuando lo pido.
No soy de cuidado extremo cuando no lo pido.
Siquiera por gentileza las cosas hechas, eso sí, que hasta los conocidos más desconocidos las han tenido conmigo. ¡Ah! ¿Por qué parece que pido tanto?
Con tantos kilómetros de distancia, poco se puede hacer, reír por las noches con quien quiere usar sus dedos, sus ojos, su ordenador encendido y dejar que la distancia, perspectiva, qué se yo, como se diga, como él lo diga. [autocensura]
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Estoy entre tus enredos, mis miedos, mis seguridades y las inseguridades tuyas y me gusta, sin embargo, porque tengo eso otro que jamás había tenido.
No olvido, jamás Olvido.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Iluminación


Lo que no se atreve a decir-escribir, pero que llega tan pronto aparecen las distracciones–o las labores. Sorpresa de lo que viene a la mente; lo que llega a los ojos; lo que se alberga entre el cráneo, el cuero cabelludo y el cabello y una sonrisa –entre amarga, entrecortante, entre feliz (locamente)– estalla en la pared y se atreve a emitir sonido–siquiera un débil–por miedo al silbido que permanece fuera de su fortaleza.
Sabes a qué viniste a esta vida y no puedes olvidarlo, por eso recurres a aquello que paz te da; lo que jamás podría herirte. Aunque en realidad, toda persona es capaz hasta de asesinar lo más preciado de otra (o eso me han contado).
¿Quisieras tú tomar esa responsabilidad? (Mientras tanto, otra voz bien le dice lo que siempre–siempre y todo el tiempo–sabe).

viernes, 3 de diciembre de 2010

Saber


Siempre que escribo aquí me doy cuenta de cuán aburrida estoy de mis palabras; sin embargo sigo haciéndolo. No puedo evitarlo más.
Con tres cosillas y ya, estuvo. Sé lo que hay en la cabeza, no sólo pelo, no sólo ojos, nariz y boca, no sólo sesos. Sé que algo más yace dentro: los pensamientos, los verdaderos, los cuales leo. ¿Cómo creerlo? Más vale enterarse, o mejor no enterarse, ¿qué importa?
Fuera del alcance y escudriñando, aprovechando que hay lecturas, distracciones pocas, se es capaz de saber todo lo que nadie nunca se atreve a decir–escribir– directamente.

Tú lo pediste y sólo para ti.

La pantalla



Preguntas, respuestas, peticiones, quejas, sugerencias.
Dedos que dejan de moverse a ratos. Es impresionante la facilidad extrema para comunicarse acá.
Palabras fáciles, mas respuestas difíciles.
Hastío de lecturas, pensares. Que alguien me salve de mí misma.
Las fantasías, querencias, deseos, todas tan lejos y tan al alcance de un teclado y de una pantalla que, con el tiempo, será cada vez más delgada, hasta llegar a ser una proyección en la mente humana.
Tuviera el valor, pero es la misma de siempre:
Un cofre cerrado y dentro no otra cosa que sus mieles.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Diciembre me gustó


De saber, de oír, de leer, de ti, de mí, del no se qué. De tener un nombre, de soñar, de resoñar, de resoplar, de repollo. Me deja tiempo para pensar, recordar, mironear lo que queda dentro y aquello que yo ya no quiero, que dejé de sentir y que a veces regresa. ¿Será verdad que somos igualitos? El gesto me hizo pensar y lo hice, saqué la foto y ahora la miro, la miro y sé que tal vez sí, pero ya no importa; aunque sé también ahora que–tampoco importa– todo quizá terminó antes de ser otra.
Todo pasó por haber visto nieve y haber recordado las primeras fotos de nieve que había tomado y que no poseo más, pues las dejé en otras manos.
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Mi nombre, el de mujer primera, el de la hecha de costilla, la que aceptó las condiciones del otro. El nombre que gusta y no porque se le prefiere en diminutivo "Evita" o acompañado de otro para suavizarlo "Eva ______" o que después de los veintes casi instantáneamente –y con mucha facilidad– se convierte en "Doña Eva"
El nombre que jamás parecerá maternal, el mío, me gusta.


sábado, 20 de noviembre de 2010

En poco saldré...


...y volveré y me conectaré. Sé que me divertiré esta tarde-noche cocinando, comiendo y platicando: conociendo gente nueva. Afuera hace un viento de nervios y adentro no está caliente del todo.
Me gusta la gente que es amable y buena, la gente que no te hace a un lado por no pensar igual que ella, la gente que no dice que no le interesan otras formas de pensar, porque si se interesara en ellas, sería igual que adoptarlas.
La cerca de afuera se azota contra la pared. El cerrojo no funciona del todo y estos vientos que a cualquiera ponen nervioso.
Ganas de quedarse en casa, leer y platicar de cualquier cosa o platicar y ver televisión y ser lo más superficial posible.
Espero una llamada para salir corriendo de aquí.

Veo la fecha. Anivdelarev.


jueves, 18 de noviembre de 2010

7º no son tan buenos.


Algo trae, algo está allí, alguna parquedad, alguna gana de expresar deseos que no salen del todo, porque no es el momento, ni el lugar, porque no hay ni cómo ni qué.
Esta frialdad no es buena, porque la casa se queda con chiflones y no se ajusta a mis fruiciones. Anda que aquí estoy y sólo sueño y sólo anhelo y no se cumple nada, porque hay poco que cumplir, porque lo que tenía en mente no fue, porque llegaron los inesperados y porque tenía ganas de gritar.
Es la hora en que siente frío y más se acuerda de que no tiene mamíferos humanos cerca.

lunes, 15 de noviembre de 2010

8 grados son buenos.


Se va y regresa mañana, viene y no dura mucho. Cada vez será menos, cada vez calentará más, pero no aquí, sino en el otro hemisferio. Ver únicamente aquí, todo lo que hay, lo que no conforta. Las llamadas telefónicas que no son mías y las cartas que querría que llegaran. Pasa todo, mas está lejos, allá en el centro y yo y mi cobardía de no querer caminar por la avenida del norte largo por más de una hora y de noche...
Si uno de ustedes supiera la frustración que siempre está en mí de vivir tan lejos del verdadero movimiento.
Entre mi nula osadía y el aburrimiento se fue la semana y vendrá esta otra, la que sí espero diferente, pues me he de quedar sola otra vez.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Entrecerrado


Quedé en decir que ya no puedo, que se ha terminado, que ya no hay más palabras para expresar eso que se queda en el fondo. Quedé callada, encerrada, acabada en maderas.
Eso que se quede fuera, como el frío, como el arrollo que se hace cuando llueve y corre ¿a dónde van a parar las aguas? He visto que se estancan, que la tierra las absorbe, que nada. Siempre las aguas conmigo, siempre lo que no se puede contener o lo que tiene muchas formas o lo que juguetea con mi cabello y lo enmaraña: el viento.
La ventaja de que el tiempo corra y el sol no esté más conmigo es la de leer en el más profundo de los silencios hasta quedar vacía de mí; sin embargo los pensamientos, como insectos molestos, no me dejan en paz y tengo que hacer algo al respecto.
Escribí, recordé, el labio me mordí. Cuando hube terminado, el sol, la luna, el frío.
Las certezas de que me aman.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Los temores


Supongo que son infundados, supongo que es porque estoy lejos, supongo que son exageraciones mías, quiero suponer eso. Si no fuera así, si la violencia fuera tangible en la esquina de mi casa, si no se pudieran cruzar más fronteras, si el miedo se materializara y todos se convirtieran en blancos.
Una pregunta que me hicieron hoy, si no pensaba quedarme acá. No lo pensaba, pero ¿y si tengo que? Yo no quiero, no aquí, no en el congelamiento y no...
¿Por qué todo se ve así?
Malditas pesadillas que amenazan con convertirse en realidad.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Estos sueños


Estos sueños donde estoy con mucha gente, donde la gente es mi conocida, donde hay prohibiciones, donde no tengo el número de casa para llamar y avisar que no llegaré, donde los veo divertirse, donde participo poco, donde defiendo a los que quiero, donde veo que se arregla, donde no lo hago yo, donde pasa una noche entera de fiesta, donde envidio porque la gente se viste toda igual, donde no puedo compartir con quien quiero, donde no puedo irme con quien quiero, donde llegan por mi y me dicen: "Debí tomar en cuenta cuando me preguntaste cómo me había ido cuando me separé de mi familia. Debí saber que ibas a desaparecer."
Estos sueños donde veo que llegan por alguien más o entre que veo en sus labios que me dice que está bien.
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Ojos que arden y están rojos. Cuando despierto, todo sigue igual y mi sueño me dice que no estoy allá, que estoy aquí y ya. No otra cosa puedo hacer que seguir aquí y esperar de vez en cuando algo que rompa mi rutina (bella rutina) y me eche a perder mis avances con la labor existencial.
No me gusta arruinar las noches de la gente, pero a veces sólo quiero decirles lo más trivial (que se convierte repentinamente en lo más importante). Ojalá esta noche sea mejor.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Abismal


Abismito allí mismo y una sonrisa sabor cacahuate, de dientes frescos y ojos enardecidos. El frío y lo calientito. Nadie me reclama nada, ni preguntan de dónde vengo, ni tengo yo tanta pinta de no hablar el idioma y a veces lo logro y comunico mis sentires, mis quereres, mas no mis deseares, que eso ya es mucho e inadecuado y nadie quiere saberlo, nadie.
En el sol seco, en el viento arrasante de hojas, en la eterna mañana, porque todo es fresco. Allí a veces encuentro un agujero al que puedo meterme y sentir como aquél día, de sol caliente y viento arrasante de cabellos, donde hay puentes peatonales y personas que tampoco me preguntan nada, ni dudan si puedo o no manifestar mis querencias y mis sentimientos, mas no les diría a esos mis deseos, pues ellos lo tomarían a modo de invitación y esa no es la idea.
Quisiera sentir lo que los otros sienten, mirar la satisfacción del modo del que ellos la tienen, seguir por el camino adecuado y no tener que omitir nada de lo indebido. Quisiera saber lo que es lo políticamente correcto y acatar las órdenes más estrictas, actuar con rectitud moral y creer que el trabajo es el medio de mi libertad.
Después simplemente sonrío y respondo a las preguntas más simples de manera escueta.
También a mí me cambia el estado de ánimo con facilidad, cualquier cosa me afecta, la más mínima, la más superficial.

sábado, 30 de octubre de 2010

La Magia.


Algo me hace falta esta noche. Algo. ¿Será la lectura? ¿Será escribir? ¿Será mirar más de cuatro paredes? Hoy, que me he recluido, he pensado en mí solamente, sin más allá, sin teorías, sin libros, sin disertaciones. Simplemente he sido yo en mi entera banalidad; sin embargo algo me falta. ¿Ya habré desarrollado dependencia a estar leyendo algo, siquiera por un par de horas? O será que este día trivialísimo no me ha dado nada nuevo.
Sí me ha dado. Teorías de autoatentados, masacres, atropellos y los ojos ciegos de unos, los oídos sordos de otros y miedo. ¿Por qué tener miedo? ¿Por qué no tenerlo? Mientras se esté más lejos del conflicto, mejor; sin embargo el conflicto nos alcanza, si no con sus balas, sí con la red. Y caigo. Mejor. No hay nada mejor.
Algo me hace falta esta noche y estoy en silencio en esta silla de madera, viendo los objetos kitsch que están a mi alrededor; ahora sé que todos los cuartos de esta casa son temáticos. A mí me tocó el cuarto de los muñequitos, de las cajitas, de los recuerdos de alguna infancia guardada, suave y femenina, un con poco de exotismo y viaje. Un cuarto lleno de velas, candelabros y cosas que rellenan los espacios vacíos que necesito para colgar mis notas y mis dibujos. ¿Y si las moviera? Espacio vería, espacio sería para mí, para armar mi propio caos, necesarísimo. Ya empecé: tengo periódico tirado en el suelo, periódico que me he negado a dar al reciclaje y un escritorio lleno de lápices de colores con un mantel blanco que, sí, por supuesto, he manchado ya.
Quisiera un espejo de cuerpo entero para verme todas las mañanas antes de salir del cuarto; para no tener que entrar al cuarto de la tv, mover una lámpara de mesa (¿para qué poner una lámpara que nunca nadie prende, enfrente de un espejo?) y poder mirarme a través de un espejo más bajo y largo.
Estoy cansada. Creo que es eso. Un día de emociones varias y banalidades. Un día que me hizo ver cómo soy en realidad (eso siempre lo he sabido, sólo que ya no lo recordaba). Un día de canciones, series, charlas amenas. Donde soy la persona que hace feliz, donde hay personas que me hacen feliz, donde hay amor y donde todo está en la red.
Un día que necesitaba darle a alguien.
La magia.

jueves, 28 de octubre de 2010

No sentirse


Los esfuerzos por levantarme fueron infructuosos. La cama me atrajo o yo me atraje a ella con tal fuerza que me inventé el sueño y volví a dormir profundamente y aún tengo sueño. Sonidos de campanas y cascabeles, el otoño va cediendo rápidamente su lugar al invierno: no le importa no ser más lo que es y quisiera ser congelado pronto. La emoción por ver lo nuevo se diluye. Los esfuerzos por conocer gente nueva no han sido lo que había esperado. Quisiera alegría y consuelo. ¿De qué?
Cuando llegué me dijeron que no habría problema, que California estaba muy lejos. Me relajé y no busqué opciones para pasar menos fríos o para conocer –de todos modos las pistas de aterrizaje estarían congeladas–, mas ahora cierta amenaza, cierto dicho, me han dicho y yo siento miedo, sí, miedo, porque no lo tenía pensado y porque aún no lo tengo pensado, pues no hay fechas concretas y ésas sí son bien importantes.
Que la incertidumbre sea la que me tiene así y no la falta de sol y de contacto humano.


martes, 26 de octubre de 2010

Dort!...Hier!


Enojada por razones desconocidas. Tal vez el Halloween que está cercano, tal vez el hecho de que mis obsesiones me molestan, de que mi ortografía empeora, de que aunque esté leyendo una palabra, viéndola, la copie mal. ¿Distracción? ¿Aburrimiento? ¿Falta de concentración? La vida no es tan mala, el inglés –a veces– tampoco, la gente educada y paciente (salvo los freaks del autobús).
¿Qué pasa? Que siento que no avanzo, que las páginas no corren, que mi comprensión del texto es nula, que todos leen a mayor velocidad que yo, que quisiera distraerme, pero me da culpa, que he de ser yo realmente estúpida.
Enojada. ¿Por qué nadie me dijo que existía la teoría en esta vida? ¿Por qué nadie me advirtió de ese sumo esfuerzo mental de comprender conceptos y luego tratar de imaginarles una aplicación, todo en la cabeza, nada aplicado a nada, sólo palabras, que unos cuantos leen, que los privilegiados captan a la primera?
¿O será la comida? ¿Será la falta de alcohol? ¿Será esta abstinencia? ¿O será la comida? (Ya sé que ya repetí lo del alimento) Este té me duerme la lengua, debe ser el agua, ahora está más clorada que cuando llegué. Imagino formas de hacer las cosas, quiero tocarlas, quiero saber de qué están hechas, quiero degustar, quiero oler. Quiero sentirme contenta.
Insisto, ¿será la comida? Hace falta paciencia y sazón, hace falta darle tiempo, hervirla propiamente, gozar de la preparación, servirla en lindo plato y comerla. No es que no lo haga, mas a veces no puedo hacer eso; hay alguien impaciente al rededor y siento estrés, allí, donde no debería.
No es eso tampoco. Debe ser que no rindo, que no aguanto, que me distraigo, que desvarío, que he leído ya ese texto tres veces antes que esta y que jamás saco una conclusión, un resumen, siquiera una idea. Debe ser la desesperación por seguir adelante y ahora, la nueva incertidumbre de diciembre.

martes, 19 de octubre de 2010

Raro


Saludos, charlas no forzadas, anécdotas, ejercicios, podría ser con alguien más, pero no, el 'cold shoulder' no fue para mí y raro por eso. ¿Por qué para alguien más? Los ojos cafés son mejores que los azules ¿o qué? Y el ejercicio poco vale y las anécdotas pasan y la clase termina. Las puertas se abren y queda el pasillo. ¿Me esperaron? Alguna charla de una van WV con cuernos y la biblioteca más cerca. Un encuentro "Mi amiga Eva" ¿o lo dijo en inglés? A la biblioteca entré.

Raro.


domingo, 17 de octubre de 2010

Qué domingo


No. Pensar. Actuar. Despertar. Radio. Red. Vivo. Grabación. Decepción. Búsqueda. Tarde. Hambre. Soledad. Silencio, sólo hay silencio, pero cómo duele cuando no lo hay. Desayuno. Huevo. Espinaca. Queso. Chiva. Untamos un pan muy bien. Sabroso. Realidad. ¿Sola?
De muy lejos los impulsos eléctricos me hacen compañía. Agradecimientos. Todos. Empero que cuando se está aislada físicamente las palabras, las escenas atormentan ardorosamente la imaginación; nada es suficiente. Ven.
Ven a mí, que no muerdo, bueno, sólo un poco, pero muerdo rico, como el fruto más jugoso que existe, con ganas de devorarte y dejar un poquito para más tarde y jamás lamentar el hecho de haber acabado contigo. Ven, que quiero recordar a qué hueles y confundir mi aroma con el tuyo, que salgas de mí oliéndome, ya extrañándome desde el momento en que me sueltas siquiera un segundo. Ven. Mirar tus ojos. Palabras sueltas llenas de mí y las risas agradecidas al final.
Sí. Imaginar. Pasmar. Dormir. Televisión. Red. Vivo. Reproducción. Sorpresa. Encuentros. Noche. Saciedad. Caldo. Pescado. Chiva. Untamos un pan de nuevo generosamente. Sabroso. Realidad. Aquí.
Te extraño. Es otoño y hay humedad.

jueves, 14 de octubre de 2010

Sueños, deseos, depresiones.


No soy yo la que los tiene, no; sólo a veces está allí todo eso, alrededor mío, porque ellos existen también y reclaman mi atención, como si estuviera todavía allá, como si mi presencia fuera importante, como si fuera "todo oídos" el tiempo entero, como si mis tropiezos no fueran ni tantito dignos de contarse, no, porque me fui.
La que se va no siente, no sufre, sólo experimenta y goza. Lo que tiene más a la mano poco importa para aquél que se quedó, porque simplemente se quedó en su vida, toda.
Estoy aquí, pensando, sintiendo, experimentando. Un compañero me preguntó cómo se decía to experience en español.
No espero mucho, nada de nadie, los veo, sus letras en la pantalla, soy feliz con sus saludos, con sus recuerdos, con saber que han celebrado ya mi funeral. Soy feliz cuando apareces y saludas. Soy feliz cuando platicas un poco de tu día. Soy feliz cuando me compartes. También soy feliz cuando te despides.
Día tras día, todos iguales y diferentes, algunos especiales, algunos no tanto. Entre sueños y recuerdos, camino, ando, arranco. Me siento en una buena banca o un cómodo sillón y leo mientras espero. Miro poco a poco caras conocidas, sonrío de vez en vez y hasta río.
~~~~~~~
A veces me pregunto por qué la gente me habla, por qué me consideran importantes en su vida, por qué creen ellos que tengo capacidad para entender sus intelectualidades. Me veo frente a ellos –mis amigos– y no soy más que la más banal de todas las mujeres.

lunes, 11 de octubre de 2010

Birthday


Hoy es su cumpleaños, fue, porque el día casi acaba. Todo el tiempo estuve preguntándome qué estaba haciendo, si estaba contenta, meditabunda, tremebunda; si tenía ganas o no de festejas; si su madre le habría hecho algo rico de comer o si le habría dado dinero para el pastel, ése del Globo que compran ellos como de mango, muy dulce pero que les sabe bien. Le dejé algunos recados, no sé si los alcanzó a ver. Mis felicitaciones desde acá no valen nada; ni de papel son, ni siquiera de ése dizque papel moneda que el Banco de México está utilizando ahora, de ese plastiquito tan chiquito y chafa. No, mis felicitaciones desde acá valen nada, son puros impulsos eléctricos, virtualidades, especulaciones.
Este día que fue para mí de compras de remedios contra la tos y comida cualquiera; este día de lecturas y algunas risas. Este día, espero, que sí haya sido especial para ella.
Mi Gato.


sábado, 9 de octubre de 2010

Un poquitico


Música barroca de fondo.
Atolondramientos y ensueños, picor en la garganta, como si lo necesitara y nadie que me cuide. Ahora sí, ni cuando me sentía muy enferma y a mi madre le daba por irse de la ciudad. No tan sola entonces, de menos el suelo no está helado, de menos no está el ánimo por los suelos porque no se supone que no debería estar sola.
Sueños, tal vez sueños de enfermedad, casas solas, oscuras, viejas, aquélla hacienda que habitaron mis abuelos hasta su muerte, las viejas puertas de madera, las que sólo se cerraban con una tranca y la salida a la carretera, ésa que sigue siendo transitada por los locales, pues hay ya una nueva, pero de paga.
Los enredos duermentes, las misiones incumplidas, la cama hecha nudo por los fríos de la noche; que debí haber prendido el calentador más temprano.
Leo tan bien las intenciones y las medias palabras; sé tan bien cuando las cosas funcionan, cuando tienen rumbo y cuando no, que se despinta casi de inmediato el ánimo y lo pongo en tinta-papel y da a veces resultados magníficos (aunque las cuestiones mías pendan de un hilo seboso).
Música del siglo XX de fondo.

martes, 5 de octubre de 2010

El tormento.


Ayer escribí sobre la Tranquilidad, hoy no. Hoy escribiré sobre el tormento que se avecina, ¿que cómo lo sé? Pues simplemente. El tiempo avanza, es ya octubre, nunca pasa lo que debería pasar, nunca cae lo que yo espero y la verdad, empiezo a cansarme.
Seguramente la tranquilidad mentada venía justo por aquélla mentada calma antes de la tormenta.
Ansiedad que se acumula, molestias, sonidos, estancamiento puro. Y a dónde vine a caer, al lugar más raro para mí en este mundo, al lugar donde la gente es fría e indiferente, al lugar de comer lo que sea y seguir adelante con el día. Yo no hago eso, no soy fríe e indiferente; como despacio y medito mi día. Tal vez sea ése el pie que me estoy poniendo. El día meditado y no actuado.
Lo hago, juro que lo hago, que mis actividades y mis metas las más o menos cumplo, que a veces me mato y a veces no tanto, pero que ya me he impuesto alguna rutina, de esas enajenantes que ayudan a seguir con el día.
Veo ahora –con mucho más que ansiedad– que muy cierta es la importancia del contacto humano.

lunes, 4 de octubre de 2010

Ruhigkeit!?


Mi madre dice que mi tía dice que me escucha tranquila, ¿qué tan cierto será eso? ¿Se deberá acaso a que no tengo constantemente el elemento "mosquito molestón" encima de mí cada día? ¿Será acaso que los problemas y frustraciones se han quedado en la Heimat? ¿Será acaso que no me queda de otra que estar tranquila en este país? ¿Será acaso que en esta ciudad no hay neurosis, de esa que se pega?
Pero yo sí tengo mi propia neurosis, mis propias presiones, mis falsas esperanzas.
Las esperanzas de llegar.
Las presiones de acabar.
La neurosis del ruido del radio a todo volúmen.
No pienso que en verdad esté más tranquila, es sólo que no me ven diariamente.
¿O sí se me siente más tranquila?

domingo, 3 de octubre de 2010


Medio mundo duerme; tendría que hacerlo yo también, pero por alguna extraña razón, sigo sentada aquí, como esperando algo, ¿qué será? No hay noticias, no hay vida social, no hay mucho que hacer. Llega octubre, eso sí sé, y como tantos octubres, habrá luna y pan de muerto al final. Habrá pan de muerto, sí, a pesar de yo estar aquí, en otros lugares sí que habrá. ¿Me atreveré yo a gastarme para hacer uno?
Notas, razonar, pensar, dispersarme, escuchar desde jazz hasta música contemporánea (así llamada), de esa música que los compositores de conservatorio hacen ahora, de esa música experimental, de ruidos, sonidos sostenidos e intervenciones de voz hablada.
Sí, pronto debería ya dormirme, que se hace tarde, que no hay más que hacer esta noche de mantras y ensueños.
Arrullando un Gato.


lunes, 27 de septiembre de 2010

Malos sueños.



¿Quién inventó la noche? ¿Quién inventó los cuentos de terror? ¿Quién inventó el dolor de espalda? ¿Quién inventó los colchones blandos?
La incomodidad nocturna, los miedos irracionales, los días en un asiento, los descansos parciales. Un día parece que las comezones comienzan y no acabarán nunca, que las necesidades vienen y van y vienen de nuevo y prometen no irse, que todo sucede en repetición al infinito. Ahora que lo pienso, no he escuchado el teléfono todos estos días, ¿no estaré ya muerta, intoxicada, atropellada?
Este día gris me dio visiones lindas, visiones incómodas de la gente que no se siente feliz o siquiera a gusto con su vida. Este día llegué tan aprisa como me fui y durante la noche ¿qué ensoñaciones más perversas me atacarán? ¿Qué es lo que necesito ya mismo? ¿Cómo se obtiene?
Las taquicardias y los mareos mientras yacía en el lecho me dejaron mal día por delante.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Gemütlichkeit.

Acá la luna llena que a veces me vigila.

El silencio, el ruido a mis horas, mis ruidos, mis masticadas, mi temperatura ideal, la casa, la gente, las maravillas, el clima estable, los días y todas sus horas. Todas las horas de los días han sido mías, no he regalado ni una sola, he sido de mí y por mí; ninguna molestia, algunos planes y mucho radio.
Los juegos, la tecnología, la necesidad de no sentirme sola en las noches que ocupo para estar desocupada; en las noches que no quiero ni puedo hacer más labores. Busco a alguien y está allí. También tú estás y mis amigos, los molestos, los indecisos, los desinhibidos, los cohibidos, los más dubitativos. Soy feliz cuando encuentro a todos y hago un ramillete loco de conversaciones sin sentido e intereses varios.
La hora de dormir se convierte en la más placentera hora del día y a veces duermo con una sonrisa estúpida de alegría.


Sobre mis correrías diarias: http://evitameporfavor.blogspot.com



miércoles, 22 de septiembre de 2010

Bienvenido Otoño



En este día ha entrado el Otoño. La emoción mía no es poca. Tener la oportunidad de ver un otoño verdaderamente rojo, sentir frío, tomar un poco de sol, mirar las plantas, ver cómo mueren algunas plantas.
El temor mayor es el invierno.
Mis sentidos adormecidos y mis ganas frenadas.

martes, 14 de septiembre de 2010

La Patria


O de cómo sobrevivir fuera de ella.

Aquí mi mexicana foto allende el territorio Americano.

Miro los lugares que poco a poco he ido conociendo, los huelo, los siento. El frescor, usual para mí solamente a cierta hora del día, ha durado hoy demasiado. No me quejo; todos los demás se ven felices, bastante satisfechos, ¿por qué yo no estarlo? Fuera del país en el que nací y medianamente maravillada por este pedacito de primer mundo, en donde la gente sí es paciente y amable, (seguramente es su cercanía con Canadá).
Allá, en el país, todos por festejar, con miedo o con alegría exagerada, los dos siglos del inicio de la guerra de independencia o el cumpleaños de Don Porfirio. No lo sé en realidad; la Historia siempre ha sido un gran machote de acontecimientos que alguien más te recitaba, que no explicaba, para que tú después fueras a tu libro de texto y no te encontraras con más que fechas, nombres, hechos, fechas, nombres, hechos, fechas, nombres, hechos, y pocos porqués, los cuales, creo, le darían interés a la materia.
Allá, en el país de no pasa nada, donde todo será un lugar de ambiente, donde la gente es diferente, comerán pozoles, taquizas, papadzules, quesadillas, chicharrones, gorditas, carnitas, menudo, birria, tamales, cabrito, mixiotes, queso relleno, ¡ah sí! mole (lo había olvidado, como no es mi pasión...). También le entrarán a los postres, los valientes, o quizás sean más de champurrados bien calientes y dulzotes, por eso de la mentada cruda, porque no crea el finísimo lector que los alcoholes los había olvidado, aunque casi ni vale la pena mencionarlos, pues ya estas nuevas generaciones salieron medio nacas y torcidas y toman bacardí blanco (habiendo buen aguardiente, mezcal, tequila y el amigo pulque).
Cuando era pequeña, este día, catorce de septiembre, se conmemoraba a los Niños Héroes de Chapultepec; no mucho nos decían de ellos, salvo que uno se tiró con la bandera envuelta en su joven cuerpo (qué sensual). También había un billete café-rojo con azul de $5000.00 MN (ah, cuando uno pagaba con miles, no crea el lector que estuve muchos años de mi vida pagando con miles, en realidad fueron pocos, muy pocos), con las caritas de los Niños Héroes y sus nombres con letras diminutas anotados abajo de cada uno.
¿Por qué escribí todo esto? ¿Será nostalgia, Heimweh? ¿Serán ganas de aguardiente? ¿Será purísima envidia de todo lo que se van a tragar los que sí son amigos míos y compatriotas?

¿Interesado en mis ocurrencias viajeras? Vaya a este link:

http://evitameporfavor.blogspot.com

miércoles, 8 de septiembre de 2010

El brillo en amarillo


Será que a veces hago las cosas mal, yerro, soy un asno. Será que pierdo la cabeza, la concentración, el interés, más pronto que un gato.
Los sueños donde pierdo el centro, donde hay vértigo, donde hay terror. La falta de algo que no sé que es. Lo ínfimo que puede todo ser.
Cuestión de tiempo; cuestión de tiempos; cuestión de destiempos.
Desaprovechar y cortarme la vida un poco; ganas de quedarme sin aliento.
Ya huí. ¿Y luego?
Que alguien me explique cómo es que se supone que debe ser mi punto de vista sobre la obra.
Que alguien quiera discutir eso conmigo para aclarar mis ideas.


Again:
"You're so shining in yellow!"

martes, 31 de agosto de 2010

No hay silencio.


No hay frío, no hay lluvia, no hay calor, no hay desierto. Hay grillos que me llaman más allá de mi ventana, que me quieren decir muchas cosas, pero no argumentan, así como yo tampoco puedo hacerlo. Mente dispersa y tibia, rellena de huesecillos sedientos de algo más que yo misma.
Los tropiezos, los regaños, los engaños, las manías en puerta, traspuerta, entrepuertas.
Venida a menos, como siempre, llena de agradecimientos, que no de gracia y alborotando mentes sin tener permiso.
Al otro lado, la expectativa.


domingo, 29 de agosto de 2010

Antisocial.



Estos días de silencio, de extrañar, de nostalgias, de ánimos extraños extrañados, extrañemos.
A mi gata, a mi perra, a mi Gato.
Este domingo de silencio y grillos allá afuera, de calor en chicotazos de los bichos más extraños, de poca sombra. La extrañé tanto, porque mis domingos atemporales los pasaba con ella, para luego partir y hacer movimiento sureño y llegar de noche a mi casa y ser feliz porque con ella estuve.
El silencio se aposenta en cada rincón de mis tímpanos, mi lengua de adormece; a quien le hago compañía se aísla y yo otro tanto más. Dos personas acostumbradas a pasar largos ratos a solas.
Más antisocial que ni en mis más terribles días de peleas o en los días adolescentes o en los días en los que de mi casa no salir decidía.
La tele hace ruido, el radio hace ruido, ¿será acaso mi nacionalidad la que necesita más decibeles? No lo creo, estoy acostumbrada al silencio. ¿Y entonces? Entonces es que casi no he hablado, que he visto poca gente, que los "how are you?" son no más que frases generalizadas, que necesito algo personalizado.


miércoles, 25 de agosto de 2010

All made of...


Tendría que. La vida está detrás de mí, me persigue, no me deja en paz.
Miro el final del patio y repentinamente recuerdo los rencores del pasado. Miro al fondo y es mirarme a mí misma dentro de la inmensidad que problemas que yo creé. Ahora yo, en otro lado o lo demás de lado, de frente a algunos que ya no son yo.
Lágrimas, dolor, pena. ¿Por qué después de tanto tiempo sentí pena? Como si todos los 'hubiera' de mi mundo se agolparan en mi pecho, como si quisieran salir en tropel ahogavidas.
Aquéllo que fue lo más bonito, que creí borrado de la memoria, surgió: Entre los días no ocurridos y las negaciones de mi persona. ¿Qué importaba todo eso? ¿Ahora importa? Estoy demasiado lejos como para responder esas preguntas vacías, a esas preguntas que sí, ya no importan.
Y como muchos momentos en mi vida, un chico atravesaba el cementerio con una guitarra, canturreando algo acompañado de arcordes que sonaban bien; de nuevo el confort a mí, vino.
Temo que empiezo a extrañar el contacto humano.


miércoles, 18 de agosto de 2010

Blue


I'm a little blue (perdonen si no escribo bien en inglés, nunca me ha interesado tanto esa lengua como para picarle bien a la gramática; necesitaría una buena maestra de inglés no tipo "Brujer" Laura Delazco 'Achtung, achtung'. Total que en este día justamente no se ni en que fecha estoy y hasta dudé si era lunes o martes o miércoles o jueves o hasta viernes. Parece que es miércoles, me informaron) why am I blue? I do not know, vielleicht vermisse ich meine Liebchen heute. (De nuevo, hay cosas en inglés que no salen con naturalidad y mejor me remito al alemán. Ustedes dirán que cómo lograré comunicarme... ni yo lo sé)
As soon I waked up, I looked my telenovela and Where is it? There is no Telenovela! Why? An agreement with Telemundo (Sí, sé que esto es vano, mundano, pero tenía que decirlo en alguna otra parte. Si los gringows no pueden ver aún las Aparicio, ¿por qué yo no? Yo no soy gringa. Nomás porque estoy en su territorio. Sí, es enojo fácil, lo sé)
But I'm really blue because I don't have yet a schedule and I doubt if my theme of study is appropiate or realizable. And I do want to follow with kitsch and Élmer. How I can do that?
O Yeah! Now I'm listening some music. That's what I need!!