Un café, una tarde cálida. La consistencia de sentir el vacío; un silencio. ¿Qué es el consuelo entonces? ¿Qué es la vida sin contacto humano, sin una mano que te acaricie el cabello y te haga sentir que no todo es malo? Esa sorpresiva caricia que alguna vez te mostró ternura, ¿dónde puede estar ahora?
Ahí está, sujeta de palabras, consejos, miradas lindas y abrazos encubiertos, y ¡cuánto calor quieres sentir, cuánta cercanía! ¡Cuántas exigencias sinsentido!
Y todo el dolor y la tristeza, todas las vicisitudes atravesadas y las manos que no alcanzan a tomarme del precipicio.
¿Nada sera suficiente?