lunes, 13 de mayo de 2019

Día de la Madre.

Escribo esto molesta, tardía, enfadada, meditabunda. Escribo esto porque debí escribirlo en el momento en que se me ocurrió, pero ni modo, ahora es cuando he abierto la computadora para hacerlo, y no antes, porque mis ocupaciones personales me lo impedían.
Todo tiene que ver con la madre, no la madre como figura, no la madre como todos lo piensan, sino como la persona.
Note usted la siguiente imagen: 


¿Qué ve allí usted? ¿Un chiste? ¿Una broma inocente? ¿Un consejo, acaso?
¿No ve usted algo raro allí, algo inadecuado?
Quizá vea que las figuras femeninas mostradas son demasiado atrevidas, o que, en efecto, se debe seguir el consejo que se muestra y las mujeres madres de familia no deberían vestirse así para el festival de sus niños. Sí, eso es lo inadecuado, que las mamás vayan con atuendos atractivos a los festivales del día de las madres. Eso debe ser.
Este diez de mayo, por azares de la red, me encontré con una serie de artículos relacionados con el deber ser madre; no con la forma correcta de educar, de amamantar, de disciplinar, no, sino con la forma física de la madre y lo que le demanda la sociedad para cumplir a cabalidad con su papel de madre. Su papel.
Para la gente, al parecer, el papel de madre es no sólo el de la entrega, la ternura y el perdón, sino el de el total abandono de sí misma para convertirse en cuidadora y criadora al cien por cierto del crío que vino al mundo a través de ella, y sí. He visto cómo mis amigas se han convertido en madres, cómo las ha chupado el hijo, cómo han dejado de ser un poco ellas mismas, para ser para ellos y no más. Es un gran esfuerzo y ejercicio de amor el que desempeñan todas aquellas madres que, cuando lo deciden y desean, brindan vida, su vida, al hijo que obtuvieron (de tal o cual forma). He visto cómo se han partido, han llorado, se han arrancado sus pelos, se han extrañado a sí mismas por días enteros, pero que no han abandonado su papel de madre, ¿por qué? Porque así lo quisieron y porque, inexplicablemente para mí (o no), se les hace gusto esa nueva vida.
Mi reconocimiento a ellas.
Pero, ahora, regresando a la imagen, ¿qué ve usted, lector, de inadecuado en ella?
Acá lo que veo yo:
Esta imagen intenta hacer burla de una situación —que no me consta— del día de la madre, en donde, además de que es una verdadera joda el preparar el festival, el vestuario, los bailables, además de la cantidad monetaria que se invierte, del tiempo, del calor; además de que las madres TIENEN que ir a dicho festival porque "¡Pobrecitos niños como huerfanitos que sus madres abandonan, que sus madres trabajan y trabajan, y no tienen la sensibilidad para abandonar sus labores por un par de horas (que se convierten en más de medio día), e ir al magno festival del día de las madres!", tienen que ir arregladas, quedarse a ver otros niños que no son suyos, aplaudirles, morirse de calor y, tal vez, soltar una lágrima de ternura por su niño. Todo así, si no, al parecer, no son las madres que tienen que ser en este país piñata, y no distintas, porque entonces esa mamá no encajaría en el grupo escolar de otras mamás, donde todas son iguales (lo supongo, aquí carezco de datos para seguir la narración, no soy madre y dudo convertirme en una de esas de grupo de mamás porque no me gusta convivir con gente que no tiene nada en común conmigo y porque tener un hijo no te hace tener algo en común con otra señora, lo supongo).
Retomo lo que me molesta de la imagen.
Esta supuesta burla, este chascarrillo, ¿por qué lo es? ¿Por qué el hecho de que una mujer —que no señora, eso está muy feo— se vista como le pega en gana para ir a fletarse el festival del día de las madres, donde verá a su hijo en un bailable de no más de cinco minutos, está mal?
¿Cómo se atreven estos individuos a decir que una mujer se viste como para ir a perrear, como zorra, cuando va a la escuela de su hijo? ¿Cuál es el punto de señalar su vestimenta?
Es decir, si el día de las madres se ha encarnado a tal punto en el imaginario de los mexicanitos, ¿por qué no respetar a las mujeres que parieron y que son madres y no decirles perras? ¿Qué les dirían sus propias madres, pensando aún en la santidad de la madre, si vieran que hacen burla de otras mujeres por la manera en que se visten?
Quiero pensar que los regañarían, por lo menos, quiero pensar…
No soy madre, no he pasado por el largo y tortuoso proceso de que tu cuerpo deje de ser tuyo porque ahora aloja otro ser, ni por el momento en que todo se llena de hormonas de nuevo y ya no te reconoces, ni por el momento en que la ropa que usabas, aunque vuelvas a tu talla, ya no te quede como antes, ni por el momento en que te sientes horrible y devastada, despeinada, desvelada, ajena a ti. Yo lo escribo porque así he visto a mis amigas y así me han contado más o menos que es, no explícitamente, pero sí por comentarios aventados por allí, pero, ¿en serio creen estos peleles que es gracioso burlarse de las mujeres que sacan una vez al año sus mejores ropas, con las que se sienten atractivas y guapas, para ver a sus hijos, la luz de sus ojos, hacer sus monerías? ¿Qué derecho les da el hacer escarnio de ellas para sus risas fáciles y estúpidas? ¿Son ellos superiores a las mujeres que parieron, que decidieron cuidar, por sobre sí mismas, a seres indefensos? 
Y las mujeres, todas, ¿no creen que es realmente triste y vergonzoso para ellos el creer que, por el hecho de que las mujeres se quieran ver bellas, sea menester estimarlas de putas, aún siendo el festival al que muchas son obligadas socialmente a ir, en el que ellas van a ver a sus hijos, han gastado dinero y, obviamente, no van a ligar?
Sí, querido lector, una mujer no tiene que dejar de ser mujer deseante, atractiva, bañada, limpia, guapa por el hecho de haber decidido traer críos humanos al mundo.
Esta fue mi indignación.
¿Qué se puede hacer al respecto con todos esos que consideran la imagen graciosa?