martes, 14 de septiembre de 2010

La Patria


O de cómo sobrevivir fuera de ella.

Aquí mi mexicana foto allende el territorio Americano.

Miro los lugares que poco a poco he ido conociendo, los huelo, los siento. El frescor, usual para mí solamente a cierta hora del día, ha durado hoy demasiado. No me quejo; todos los demás se ven felices, bastante satisfechos, ¿por qué yo no estarlo? Fuera del país en el que nací y medianamente maravillada por este pedacito de primer mundo, en donde la gente sí es paciente y amable, (seguramente es su cercanía con Canadá).
Allá, en el país, todos por festejar, con miedo o con alegría exagerada, los dos siglos del inicio de la guerra de independencia o el cumpleaños de Don Porfirio. No lo sé en realidad; la Historia siempre ha sido un gran machote de acontecimientos que alguien más te recitaba, que no explicaba, para que tú después fueras a tu libro de texto y no te encontraras con más que fechas, nombres, hechos, fechas, nombres, hechos, fechas, nombres, hechos, y pocos porqués, los cuales, creo, le darían interés a la materia.
Allá, en el país de no pasa nada, donde todo será un lugar de ambiente, donde la gente es diferente, comerán pozoles, taquizas, papadzules, quesadillas, chicharrones, gorditas, carnitas, menudo, birria, tamales, cabrito, mixiotes, queso relleno, ¡ah sí! mole (lo había olvidado, como no es mi pasión...). También le entrarán a los postres, los valientes, o quizás sean más de champurrados bien calientes y dulzotes, por eso de la mentada cruda, porque no crea el finísimo lector que los alcoholes los había olvidado, aunque casi ni vale la pena mencionarlos, pues ya estas nuevas generaciones salieron medio nacas y torcidas y toman bacardí blanco (habiendo buen aguardiente, mezcal, tequila y el amigo pulque).
Cuando era pequeña, este día, catorce de septiembre, se conmemoraba a los Niños Héroes de Chapultepec; no mucho nos decían de ellos, salvo que uno se tiró con la bandera envuelta en su joven cuerpo (qué sensual). También había un billete café-rojo con azul de $5000.00 MN (ah, cuando uno pagaba con miles, no crea el lector que estuve muchos años de mi vida pagando con miles, en realidad fueron pocos, muy pocos), con las caritas de los Niños Héroes y sus nombres con letras diminutas anotados abajo de cada uno.
¿Por qué escribí todo esto? ¿Será nostalgia, Heimweh? ¿Serán ganas de aguardiente? ¿Será purísima envidia de todo lo que se van a tragar los que sí son amigos míos y compatriotas?

¿Interesado en mis ocurrencias viajeras? Vaya a este link:

http://evitameporfavor.blogspot.com

2 comentarios:

Gatoquevolviósinavisar dijo...

¡Qué lejos estás del suelo donde has nacido!
Inmensa nostalgia invade tu pensamiento.
Y al verte tan sola y triste... cuál hoja al viento?
Quisieras llorar de sentimiento...

Por cierto, ¿no es más bien el trece y no el catorce el día de los niños héroes?

Evitame Porfavor dijo...

¿Pues qué no tengo derecho de hacer mi fecha intermedia entre los Niños Héroes y el cumpleaños de Don Porfis?