domingo, 8 de febrero de 2015

Sutil y grácil

La sutileza de una mirada, de una caricia apenas dada, el silencio feliz y los gritos juguetones.
Ser como una hoja, la más frágil, expuesta al peligro de ser destruida de un pisotón y no ser más.
Sentirse salvada por una mano suave y reconfortante. Sentir el calor de un cuello y querer recostarse en un regazo eternamente y después...
Sólo dejarse llevar por las sensaciones, los humores, los sabores. Dejar que la intuición sea la que actúe sobre el cuerpo.
Esas cosas que son como andar sobre una nube, como comer espuma todo el día. Esos sonrojos y sonrisas cómplices. Esas que ya casi no recuerdo, que han quedado atrás y que sí, extraño...