domingo, 19 de noviembre de 2017

19 de noviembre o el ingrediente secreto es el amor (segunda parte)

La eterna enamorada: Yo. Y enamorada eterna.
Qué decir que no se haya dicho ya. Qué decir…nada.
Todo y nada.
Recuerdo ese día frente al laboratorio de biología, recuerdo haberle dicho y que él sólo me dijo: "¿Qué? No entiendo." Y se fue a clase.
Recuerdo los días que vinieron, días sin escuela y que esperaba una respuesta, cualesquiera que fuera, aunque en realidad esperaba que me dijera que sentía lo mismo.
Lo que vino después ya no importa; ya no importa porque él ya está conmigo, y lo estará todo lo que resta de esta vida, porque así él lo quiere y así yo siempre quise. 
Las cosas se mueven, fluyen, los sentimientos cambian y permanecen a la vez. 
Antes ese amor era una llamita necia y constante. Ahora se ha convertido en un fuego abrasador que todo arrasa, todo y a todos. ¿Será que el amor es como un hogar? ¿El mío así es?
Es constante, eso sí, ha sobrevivido años, muchos años, muchas relaciones, kilómetros, calores, fríos y vientos. Este amor es grande y bonito, es vasto, avasallador, aplastante, comprende desde mis chinos hasta más abajo del suelo que pisan mis pies. Mis pies, esos que él ama y mis chinos, los que se enredan en los dedos amantes.
Mi cabello que ahoga.
¿Y qué hice ese tanto amor hace tantos años? Me lo comí. Lo fui digiriendo día a día, mes a mes, año con año, se fue lavando, secando, humedeciendo, hinchando, descosiendo y renaciendo, hasta que un día, 14 años después, la respuesta que esperaba ese 19 de noviembre, resultó ser la que quería oír.
Tanta vida, tanto recorrido.
¿Vale este aniversario?
Lo vale para mí; eso es lo importante.
Y mientras siga constante este amor, lo seguirá valiendo, porque ese fue el día en que por primera vez me atreví a demostrar lo que siempre negaba, a decir aquello bien guardado, a sonreír nerviosamente y expresar lo más hermoso, (aunque días después el resultado no fue del todo favorable).
Este 19 de noviembre con este amor vasto y los tiempos transcurridos soy otra, más que la misma y sigo queriendo, amando, deseando y esperando a que la vida me sorprenda y me lleve por donde menos había esperado, a su lado, siempre.
Ay, de este amor tan grande y abarcador, que en todo está, ¿dónde más irá a parar?


domingo, 5 de noviembre de 2017

La última vez

He decidido que esta temporada será la última vez que haga mis pays de calabaza. ¿Por qué? Será la felicidad, o la infelicidad. Será que ya no vale la pena, o sí.
La luna me está sorprendiendo gratamente desde mi ventana. La luna no tiene brillo propio. Nunca la veo dese la ventana norte. Ha de ser que todo ha cambiado y tanto ha cambiado, que he decidido que esta será la última vez, el siguiente año ya no hornearé para venta, por mi vida, por mi cansancio, por mi sueño. 
Será la última temporada porque me es más cansado que satisfactorio. (Gracias luna por seguirme iluminando). Lo será porque no le veo más caso, porque quiero y necesito dedicar mi tiempo a mis cosas, especiales y no, a lo que creo que soy y a lo que soy.
Yo no soy lo que hago; yo no soy lo que estoy haciendo.
Esta temporada será la última en la que venda pays de calabaza. Eso no soy, esa ya no soy.
El amor es el ingrediente secreto, dije, pero el amor ya no está más allí.
La luna ya casi no se ve desde mi ventana; ha subido en el horizonte.