sábado, 24 de diciembre de 2011

Tengan su navidad.


Las fechas en donde todos gozan con las compras y la comida, con la agradable compañía de los abuelos, tíos, sobrinos, cualquier pariente que en esta ocasión sí conoció la ducha. Las fechas en la que todos fingen ser felices o se drogan con bacalao, romeritos, postres, vinos, sidras. Las fechas en las que se va vaciando el significado y no queda más que el ánimo de consumir(se) con fastidio e hipocresía. Las fechas en las que todos están y nadie se encuentra. ¿Qué sería de estos seres humanos sin esos divinos pretextos?
Por favor, sean mesurados en el festejo para quien seguramente han olvidado.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

veintiún


Veintiuno, un día en el que comenzó la carrera para convertirme en lo que soy.
Veintiuno, que mejor ni recordar debería, pero ¿no fue aquello una gran revelación?
¿No fue esa noche la que me abrió las posibilidades o los ojos a las posibilidades?
Veintiuno, el juego de las niñas.
Veintiuno, las fiestas, las sonrisas.
Veintiuno, después de los reclamos, las risas y el dejarse ser.
Veintiuno, llegar allá, más allá.
Veintiuno, los recuerdos ya se entremezclan.
Veintiuno, la noche fue o el día.
Veintiuno, respiraciones demasiado cerca y lamentar la lejanía.
Veintiuno, relación de ella de mí de todas.
Veintiuno, ¿cómo no lo vi cuando evidente era?
Veintiuno, los ojos cerrados, por temor a lo que sucedía.
Veintiuno, probar y probar, porque finalmente la sorpresa había gustado.
Veintiuno, si regresaras a ese veintiuno, no sé si lo repetirías.
Veintiuno, la boca del lobo y no hiciste caso.
Veintiuno, venganza y arrebato; celos.
Veintiuno, siempre supiste que no sería para siempre.
Veintiuno, y al final escapé.
Enterremos los veintiunos en una fosa común, sin número siquiera, asignado.
Todo lo que brilla un día, irremediablemente será opaco al día siguiente.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Largos


Largos los que vienen por aquí y no me preguntan nada. Largos los que preguntan y se conforman con cualquier respuesta. Largos los que escuchan la respuesta verdadera y molestan con más preguntas.
Todo el cansancio acumulado del mes que, si apenas comienza, ya ha acabado y los silencios convenientemente incómodos y los saludos desinteresados. Con estos ojos que miran la oscuridad de mis párpados, observé de lejos el pasado y de largo el presente que se diluye con las ensoñaciones obscenamente reales.
Quién viera mis lágrimas ahora. Las secara con su hombro restregoso y luego las vertiera en un frasco de vidrio para macerarlas y tenerlas sobre su escritorio para siempre.
Ahora, los regalos pendientes ocuparán el largo de mi tiempo restante sobre este (d)año.


viernes, 25 de noviembre de 2011

¿Que le pasa a mi cuerpo?


Comenzamos con el pie diestro y terminamos con el zurdo. Las pasiones rebotan ligeramente en las paredes de piedra y los senderos se agrandan repentinamente para que venga el violador y te mate y corte la cabeza y la de a los perros.
Cada día tiene menos interés y lo interesante es que cada noche relleno mis ojos de sueño para repartirlo entre los zombies que dicen ser empleados bien remunerados y que no son otra cosa que palillos encimados uno por uno. Cada sueño dado es un desliz que los empleados usan para borrar las sonrisas de sus amantes y otorgárselas a sus esposas y cada esposa tira la sonrisa por la borda para que su amante, a la que su esposo ama en realidad, se la coma o la cocine en rica ensalada fresca para uno de sus hijos muertos.
Terminamos con el dedo meñique y comenzamos con el índice, bien arriba, apuntando al cielo, mientras sus otros compañeros dedos se constriñen y ayudan a la señal que debe ser hecha en el momento más oportuno, o en el momento de mayor peligro, o frente a la monja que come los rosales que las niñas han sembrado durante todo el año escolar.
En el mundo matraca, en donde todo se da, yo me doy.


martes, 1 de noviembre de 2011

Tu vida-Tú vida


Se resume, consume. Asumo que nada y nadie son lo mismo, que en los días de muertos se esconden más de tres vivarachos y roban dulces de las ofrendas. ¿Si vinieras esta noche a ver cómo he hecho de bien en esta carrera, seguirías con ese silencio incómodo? No tienes que hacer nada, sólo mirar, así, de lejos; sólo ver los sonrojos y hoyuelos que provoco; sólo ver cómo fue que yo no tuve que largarme para ser algo más que el no se qué que tanto incomodaba.
Con el juego de los acentos, con el cartón, con los remedios poco elaborados para manejar las historias intrincadas; con ellos y por todos ellos, los que jamás me leyeron, y los que sí lo hicieron y ahora piensan que nada vale ya, estoy sentada mirando un librero repleto de libros técnicos, enciclopedias, mangas, partituras, diccionarios y obras literarias, escribiendo sobre casi nada y, mientras lo hago, recordando las muchas maneras en las que solía escribir mis cosas y los múltiples cuadernos que usaba en esos tiempos en los que creía que escribir algo sería importante para la humanidad.
Y tú, que te sorprendías de que pudiera sacar una historia de cualquier gesto, olvido u objeto encontrado.

lunes, 31 de octubre de 2011

De la casa que nadie habita.


Aquí, donde nadie querría vivir, de donde todos quieren salir. El lugar que casi nadie sabe gozar y disfrutar. La casa de los sueños de algunos, el encierro de otros; aislamiento. Casa grande, cinco habitaciones, tres baños completos, cocina amplia.
Allí, donde se ha hecho magia, donde los sabores han salido de lo más exquisitos, o los hongos han salido de lo más inesperado. ¿Quién podría saber hace ya casi diecisiete años que esto sería el territorio del que todos escapan?
El lugar que tiende a quedarse solo, pero no lo logra, no expulsa y retiene rehenes, de los más fieles y difíciles de curar.
El hogar que se va quedando vacío, que se va haciendo viejo, y que, sin embargo, embellece con los días y me da colores, y lo de allá afuera, lejos, a kilómetros, no me importa.

martes, 25 de octubre de 2011

Mutis


El pecho descubierto, las manos lastimadas. "No te lastimes los deditos." Los ojos enrojecidos y la nariz taponeada con papel, llena de sangre. "¿Qué te hiciste?" Surgiste de buenas pesadillas y de días interminables, de días de verano en el norte. "Borraste todo tu pasado y también me borraste a mí." Quisiera que hubieras sido creado de noches de invierno en el norte, de aquéllas tan gélidas y eternas, en donde no queda otra que descansar. "Volví sólo para llevarte conmigo, para que me hagas compañía y me tengas los almuerzos listos todas las mañanas."
Mutatis mutandis.
Saliste de un mezquino costroso, repugnante; fuiste reconocido por mí al quinto día y después me negaste cuatro veces. Ahora que lo has dejado de pensar y que lastimada estaré por la eternidad de una hormiga, quiero dejar muy en claro esto:
Busco atardeceres generosos y rechazo engaños dolorosos.

jueves, 20 de octubre de 2011

Olvidare


Quien me pateare, gritare, dejare y abandonare en el peor momento de mi vida, no debiera estar más presente en esta vida psíquica.
Se va (ya se había ido); se fue (ya se había ido). Resolvió irse y no cambiar y ser la misma persona. Decidió ser una extraña para mí y otorgarme el dolor de aún poder reconocerla. Dijo que los saludos serían de lejos y juró con eso jamás volver.
Sentada yo, mirando las estrellas, la luna, la brisa y los pastizales; esperaba que el segundo milagro ocurriera. No habrá condicional en esta oración; no pasará.
Por la razón más estúpida. ¿De lejitos? Puede irse muy lejos y triunfar.

La felicidad por el primer milagro solamente.

jueves, 6 de octubre de 2011

Desde una fría noche.


Pasaba el Sentir ya cansado se sí, cuando alguien lo llamó desde una ventana.

—¿Qué es lo que deseas?
—Quiero que te vayas de aquí lo más rápido posible
—Entonces, ¿por qué me llamaste?
—Es que no quiero que te vayas
—Tendrás entones que decidir, o me invitas a pasar o me corres de tu vida para siempre.
—¿Podrías irte por un rato y luego regresar para decirte lo que he decidido?

El Sentir accedió y caminó por varios días hasta que de nuevo fue llamado desde la misma ventana.

—Entonces, ¿qué es lo que has decidido?
—Quiero...
—¿Qué es lo que quieres?
—Deseo...
—¿Qué es lo que deseas?
—Debo decir que debes marcharte de mí para siempre.
—Si eso es lo que quieres, que te sea la vida lo más plena posible sin mí. Si algún día te encuentro no me detendré, es más, daré media vuelta para evitar toparnos.
—¿Serás capaz de eso?
—Así lo siento yo.
—Entonces no te vayas. Mejor quédate y disfrázate de otra cosa.
—¿De qué quieres que me disfrace?
—De espejo, para que todo el que quiera ver dentro de mí no haga más que verse a sí mismo.
—Que sea así entonces.

Y el Sentir se convirtió en espejo de esa persona y cada vez que alguien intenta acercársele puede ver en ella lo que mejor le acomoda y gusta: a sí mismo.


sábado, 1 de octubre de 2011

Octubre el bueno.


Octubre el bueno, el que aún da sol, el que tiene calor, el que no traiciona con sus cambios de temperatura extremos. Octubre y estoy aquí, feliz, lejos de las fuerzas demoniacas, lejos de los drásticos 3ºC al sol, lejos de lo que poco vale la pena extrañar.

oct 2010

Octubre y no estoy aislada más, y gozo un tanto del fresco y de la calor, y tengo las experiencias novedosas enriquecedoras y buenas.
Octubre y viajo. Las fantasías no se hacen solas; siempre es mejor juntarlas y tener buenas tardes con ellas.
Este mes de festejos, que abrió sus cortinas con lluvias y vientos, tendrá, espero, sabores exóticos, reconciliaciones inesperadas, grandes batallas, estereotipos bien logrados, lugares comunes focalizados y puntos demostrados. Este octubre, mes común y favorito, vendrá grande, vendrá de treinta y un días.

Casi octubre 2011


martes, 27 de septiembre de 2011

Otoño y los planes truncados.


De esos pleitos que no conciernen, de esas historias que cansan, de mujeres que creen en lo que está más allá de lo evidente. Las buenas ganas y las malas también. Los regalos de la nueva estación en mi cuerpo que no quiere mejorarse o mi mente que se aferra a ese sentirse no tan bien y las penas de los ojos inventados y las lenguas hechas polvo por los kilométricos recorridos bajo el sol que promete quemar inmisericordemente las más sensibles pieles.
Venir a refrescarme en los suelos fríos, los ardientes pies enbotados y prestos para las lluvias inexistentes; tomar las aguas algo tibias y las comidas recalentadas; sobar y ser infeliz y tener ganas eternas de dormir sin parar, para que, tras varias horas, las espaldas revienten de estar en una misma posición.
Deseo. Duermo. Descanso.
Este Otoño que comienza para muchos del norte y que allá en el sur, primavera es.


lunes, 12 de septiembre de 2011

La divinidad


La divinidad que nos alcanza, como el tiempo, como la sombra de la pesadez. La divinidad que atraviesa el cuerpo cuando las harmonías son perfectas, cuando la voz finalmente fluye. La divinidad que vino y dejó todo claro. Sané.
El cuerpo, traicionero, en dolores varios y las respiraciones de emoción entrecortadas. El control perdido y hallado en minutos importantes. Quizás todo hubiera sido mejor para la ejecución si las respuestas hubiesen terminado acalladas por el brillo de los alientos o aplastadas por largos acordes de órgano, mas no: las ondas sonoras rebelaron la verdadera magnitud de las cosas, los detalles nimios y todo aquello de verdadera carencia de importancia fue erradicado, (¿verdaderamente lo fue?).
Comunión en la sala de conciertos y el descubrimiento más exquisito de un dios físico e inmortal, del que jamás debí renegar y al que he de seguir sirviendo, fiel y bellamente.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Que me perdonen



De los humores raros, de levantar olas, de cansarse por aguardar sin querer el tiempo. Del cansancio inexplicable del cuerpo y los números que transcurren en la pantalla del ordenador (o los segundos que suenan algo constantes desde el reloj de pared).
De defenderme y de darme cuenta que no siempre envejecer hace más sabias o más cautas a las personas y que, tristemente, las hace más rencorosas, más propensas a la crítica injustificada, más persignadas.
De no saber quien ha perdido a quien, pero bien oír en mi interior la voz justiciera, la voz que me sabe y apacigua los demonios; el escudo protector.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Corajes contenidos.


Corajes contenidos, corajes retenidos. Palabras.
Que es mejor decirlo todo aunque se eche a perder la sopa.
La molestia y la gente que ha cambiado, o la gente que se ha mostrado tal cual es.
Entre la sabiduría popular y las explicaciones mágicas, tantas cosas que de la mesa caen. Serán las decepciones las que al final alejen a la gente.
Dejar ir.
No dejar ir.
Decir según deseos, porque la lengua es valiosa, porque defender a lo amado vale y defender quien se es, también, su comodidad, su familiaridad, de lo que ha sido forjado.
Si algo se hace de corazón, ¿por qué ponerle más trabas al oficio?
Más vale la autenticidad en vida que reprimirse hasta la muerte.


miércoles, 31 de agosto de 2011

El agosto que se fue.


Las emociones, las decepciones. Conocer a alguien nuevo y luego ni siquiera ver cómo se larga.
Los silencios, esos terribles silencios. El muro egoísta contra el mundo de la injusticia enemistados, apenas rozados, forzados. Evitar lo más posible la intimidad y casi echar por la borda lo bordado por años, el entretejido accidental de nuestras vidas. Mejor negarlo todo, todos, a uno mismo, al vecino, a la mano que siempre está tendida. Mejor apartar de la vista a quien ha permanecido ahí por años, en mitades, en tercios y enteros.
Las irresponsabilidades más estúpidas, las omisiones; el pensar que el más pequeño requiere menos atención por su tamaño; el pensar que con cuidados mínimos se puede librar de una enfermedad. La supuesta facilidad y las garantías, no la individuales, no, las garantías que se le dan a una mercancía salida de fábrica otorgadas a un ser vivo.
Los enojos. De eso siempre estamos hablando, por eso siempre estamos así. Enojos que se tuercen con silencios obtusos y malos pasos y buenos pasos y dichos desdichos y otra vez a los mismos cuentos. ¡Ah, las culpas!
Las enfermedades. Lo que conllevan, lo que significan; las que vienen dentro de mi cuerpo y niegan irse. Como luchar contra sí misma, con ayuda de pastillas de colores. ¿Sería más fácil si fuera psíquico el malestar?
Tal vez sea la más fuerte somatización de mi vida.


Me lo quitaron y ya lo quería.


¿Por qué no llevar de regreso a los niños con los "señores feos" (así como les dicen a los participantes de la la "delincuencia organizada", así como les dicen a lo narcotraficantes mexicanos hoy en día)? ¿O es que la añoranza de la tierra natal siempre será más grande que el mayor de los peligros? Sin embargo, creo, que esto va más allá de eso y de la violencia, inclusive; va hacia la defensa de la infancia (y miren que no soy yo defensora de los menores de edad, si acaso, los tolero un par de horas) y más puntualmente, va hacia la defensa de la infancia de críos a los que conozco.
¿Por qué tan arbitrariamente han decidido llevar a los niños al pozo de la ignorancia ya bien conocida? Y toda esa gente ve la tele y el Canal 2, en donde a cada rato dicen que qué horrible, que feos los delincuentes, que mala la violencia, alguien piense en los niños, pero ¿por qué los propios padres no fueron capaces de pensar en sus hijos? ¿Por qué si allá no hay fuentes de trabajo seguras, pero sí seguras, las balas en la esquina, regresarlos a tener la misma vida por la que pasaron sus tíos, y peor, porque de menos en los años noventas no estaba tan de moda el bloqueo de carreteras, las persecuciones, extorsiones, cuotas, decapitados y guerra diurna de plazas?
Y más egoístamente, ¿por qué demonios me quitaron al niño con el cual yo quería jugar y compartir de corazón, y con mucho interés, el poco conocimiento que tengo de esta vida?

Me siento de lo más estúpida escribiendo sobre esto. Estoy molesta.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Erinnerst du dich?


Por allí decían que era único, que era especial, que no habría dos iguales, que incomparable y más allá de eso. Por allí decían. Odiarse a sí mismo por contemplarse en el espejo un millón de veces al día y dejar la producción para después, para los días en los que las ganas despierten de los sueños largos.
¿Te acuerdas cuando todo era especial, único y hermoso? ¿Te acuerdas cuando todos los obstáculos no eran más que hojas de papel fáciles de romper? ¿Te acuerdas de cada una de las palabras que ahora has desdicho, de las responsabilidades que insistías en compartir y que ahora las delegas a quien mira por la ventana y no ve más que bruma? ¿Te acuerdas de las preguntas de preocupación y que después reformulas para limpiarte la boca con algo más poderoso que el jabón?
¿Te acuerdas de los juegos, las manipulaciones, las confianzas?
Te acuerdas, o planeas seguir limpiando tu consciencia, negarlo todo, acusando injustamente.
Eran dos.

lunes, 22 de agosto de 2011

Miedo


Yo creo que todo será mejor cuando el buche del pájaro sea abierto de par en par y deje ver las semillas que ha estado ocultando para sus polluelos por toda esta temporada. Yo creo que esos sentimientos desaparecerán con el tiempo, así como el miedo que tengo al olfatear lo que es, quizá, un recuerdo muy bien guardado, relacionado con la época en la que partí y conocí a una de las personas más terroríficas de esta vida. Yo creo que será muy difícil olvidar las sensaciones y lo será también separarlas de las emociones.
Yo creo que dejarlo todo atrás, incluido lo que se tiene que hacer, hará mal, pero quizás sea necesario.
Todo esto es causado por el miedo.


domingo, 7 de agosto de 2011

Fantasías


Fantasías, juegos, una cama limpia, una cama arrugada y en la esquina, la gata; la gata que me mira insistente para que me eche cerca y ella aproveche el calor natural de mi cuerpo para no tener más frío. Todo el calor posible, a pesar del mucho más pelo que ella posee, a comparación de mí.
La gata está dormida, no hace ruido alguno. Su respiración es calmada, sólo en apariencia. Sé que algo está soñando, porque de pronto mueve una oreja, o un bigote, o su pelambre se estremece.
No puedo dejar de pensar, cada vez que la veo, en el día en que la tuve en mis manos por primera vez, el mismo día en el que ella sintió lo que es el mundo, junto a su hermano, el malvado.
A veces me preguntan qué será de mí el día en que la gata Isis no esté ya en este mundo. No quiero saber yo de eso.



Hace unos pocos días me hablaban del amor, de lo bueno que es en todas sus manifestaciones, de lo mucho que valen las otras penas para conservarlo, de que no debería sacrificársele por nada. Todo eso es cierto y por eso, contra mi costumbre en este espacio de escritura, no abrí con una pregunta esta oración, no hubo ni habrá un: ¿Será eso cierto? Porque lo es, porque ese indescriptible, abarcador, abrumador sentimiento existe y está, y jamás deja vacíos, ni dudas.



Es ese sentimiento el que me ha hecho escribir tanto en este espacio; es ese sentimiento la razón de mis fotos, de mis quejas y de mis deseos. Y allí, en el amor, he dejado todo, hasta casi el hecho de abandonar el amor mismo.



Justo hace pocos días, en la misma charla, me han dado un norte y ahora comprendo, (ahora que recuerdo también la lección última de cómo dar un buen masaje) que, como había oído de varias personas, es verdadero que las acciones también necesitan su dosis de amor.



viernes, 5 de agosto de 2011

Hartura


De este día, en el que he estado de lo más harta. De ese día que llegó bueno y que se tornó pesado, por hacer, lo que se supone no debería ser, cada vez más pesado, más tedioso. De ese día en el que el arrepentimiento por existir en esa habitación llega y no se va. De ese día en el que la frustración rebasa las frentes y en el frente ya no resta nadie y ya ni besos se pueden dar. De ese día en el que sólo se piensa en palabras que vinieron, que dijeron todo y se rememoran los gestos. El gesto.

De ese día quedan algunos restos. De los actores del día, quedarán no más que los huesos.

De este día que ya corre, que se siente pesado, que ya carga de responsabilidades y actos de los que no se puede escapar. Ya ni siquiera esas ganas quedan. De ese día en el que la reflexión habrá quedado únicamente en las rodillas, y que la cabeza fría se ha perdido en la bruma de los recuerdos. De ese día, del silencio, de saber que siempre va a ser lo mismo; que jamás se ha ido. Permanecerá.


lunes, 1 de agosto de 2011

La única


Ya no sé en qué quedó el revés que resultó volteado, lo malo que era bueno y que aparentaba ser lo contrario, ya no sé. Ni siquiera sé si quedó en algo, o si quedó trunco, o si tuvo futuro en algún momento, o si la posibilidad más inesperada se tornó imposible por la naturaleza humana. Eso seguro es; eso seguro fue; ¿seguro será?
De nuevo las líneas, esta vez no paralelas, esta vez bien curvas y juguetonas. Para siempre, como nunca, así será y siempre fue así. (Si eso fuera la mitad de de veras)

jueves, 21 de julio de 2011

La diferencia.



Si ustedes vinieran a decirme que estoy muy mal, seguramente les creería. Si ustedes me tomaran de la mano y me llevaran consigo, lejos, seguramente no escaparía. Si ustedes me dijeran las palabras más horrendas de esta lengua y fueran para mi persona, seguramente las atesoraría.
Los cuatro colores que vi en el cielo no fueron suficiente consuelo para dejar de decir la verdad y la oscuridad tapó las bocas y las llenó de las palabras más inverosímiles nunca antes pensadas en otros días, pero estos días pasaron y la verosimilitud nos alcanzó, me abracé a ella y dejé que me llevara de los pelos hasta arrastrarme a donde jamás había estado.
Nunca y para siempre y los días que no se fueron tranquilos de mis dedos. La lejanía fue sana, mientras duró; los deseos irrefrenables y los ojos brillantes.
No todas son palabras hueras, unas tienen relleno intenso, de sabores añejos, de pimienta a. de C.; otras, de las cosas que siempre han estado allí y allí permanecerán (me gusta el verbo italiano rimanere) y las demás palabras siempre serán suaves, no enunciadas, caricias que quedan más allá del tacto.
Como si hubiera la forma de salvar a alguien, mas uno mismo no se puede salvar (de sí mismo).

domingo, 17 de julio de 2011

La historia huele a billete viejo.


Cuando nadie es capaz de decir lo que le carcome, es mejor dejarlo por la paz; no hacer guerra, porque es incomprensible. ¿Cuál es la mejor manera de actuar ante noticias viejas, justicias divinas y sucesos relevantes? Ser una piedra de río y dejarse moldear por la corriente, por los vientos, por las incertidumbres.
Cuando no se puede más con los pesos ajenos, ¿dejarlos caer por sí mismos? Cuando no se puede dar opinión genuina, ¿caer en los lugares comunes del habla? ¿Quién es el que dicta el registro de las palabras?
Muchas cosas podrían escribirse, pero no darían buen efecto. Siempre es mejor hablar, siempre será mejor enunciar; un poco de ruido no hace daño. Más cosas aún podrían haberse dicho en el momento ¿para qué? Si la gente quiere desperdiciar lo bueno, si desechan lo que otros quieren, si gustan de aquello de comer pan enfrente de los pobres, ¿qué se debería reclamar, a quién?




lunes, 11 de julio de 2011

El uso


Tú que sabes de lo que hace duraderas las cosas, tú qué, porque todo fue tan repentino que insípido se puso y no hubo manera de salpimentar ni azucarar nada. ¿Quién más podría decirte bueno o malo? ¿Quién sino yo? Pero callada quedé y todo siguió su curso y si otro hubiera sido el caso; y si la atención hubiera sido nula; o si la atención hubiera sido todo.
No quedó de otra que seguir en paz y ser cauta y gozar la paz fuera de las quejas y las incertidumbres. Estas semanas de silencio, estos días tranquilos y bellos, donde la lluvia moja, empapa, pero no enfría, donde la gente nueva aparece y desaparecen los que siempre han estado, donde hay piedras para confiar los secretos menos interesantes y hojas para grabar aquéllos recuerdos.
Ya sabrás, espero, de las cosas duras que son blandas, del gris acero, del viento que ahoga y refresca; mientras tanto, quedo de ti, sospechosa y atentamente.


sábado, 2 de julio de 2011

Que julio empezó.


Si le hicieren daño, si le rompieran el corazón, si le subieran el ánimo al máximo, para luego dejárselo por abajo de los suelos. Si todo eso y más le hicieran, ¿qué podría hacer yo?
Que julio empezó ensombrecido y con malas mañas, ya gastadas, ya apestadas y cansadas. No quisiera tomar parte de eso; no quiero y no digo nada.
Que piensen, que digan, que hagan; que yo volví y nada pasa; que yo voy y nada hacen; que yo hago y no hay reacción.
Julio viene con ganas de mojarme toda y ojalá lo consiga.


lunes, 27 de junio de 2011

Zeit zu... Vakuum


¡Joder! Así se pasa una noche, una tarde, un mediodía, una mañana. Entre lluvias, comidas, cocinas, coach potatoes; así viene este día que dediqué a la nada y a todo, a mirar lo que faltaba y a no repensar nada y entonces llega la hora de "¿por qué no platicar?" y me acerco a la puerta y ésta está con llave, para que después me digan con la mano en la ¿cintura? que jamás estoy, que jamás convivo, que jamás digo nada de mí.
Si llorara ahora sería una total pérdida.
Hace tan poco, si acaso unos días, no había más que vacío; cada palabra pensada, escrita, dicha, estaba hueca, o era el aburrimiento de la calle, del día, de saber que todo estaba tan igual que como siempre, o era lo que jamás había esperado, o era el demonio de todos los meses.



(Y de nuevo, cuando pienso que tengo la idea, la molestia bien clara para poderla expresar por estos medios, se me escapa, se vuelve simplonamente complicado; revientan mis mejillas y el ruido de la lluvia me distrae.) (Y ni siquiera puedo decir que yo no debería estar aquí.) (Y ni toda la droga visual que hubo hoy me distrajo de lo que me incomoda.)



(¿Qué es lo que me incomoda?)
Sentir, no sentir, decir, no decir, querer decir y no decir, comer, no comer, sentir calor, sentir frío, anhelar, esperar, jugar, pensar, desear, sentir (de nuevo), estar dentro, estar fuera, estudiar, no estudiar, escribir, dejar de hacerlo, el aislamiento, la gente, la soledad, la compañía, la casa, la suciedad, la limpieza que no se ve, la acumulación de cosas inservibles, los sonidos que no puedo controlar, que me llamen cuando no quiero contestar, la ficción, la realidad, la ficción que no me deja escapar de la realidad, la mala almohada, los alambres del colchón, las muecas, los ojos volteados, no ver a nadie, ver a todos, la enfermedad propia, la enfermedad ajena, el silencio, el control, el autocontrol, el desconocimiento, el sueño asustado.

Noch einmal bin ich Heimatlos.




miércoles, 22 de junio de 2011

Vino el ver-ano, las lluvias.


Está de moda hablar de sentimientos, los más superficiales, con el tono más grave.
Está también de moda ponerse entre mis piernas y ronronear hasta cimbrar la casa.
Está de moda tener las ventanas abiertas y chiflar para que el viento acerque unas nubes negras y se riegue la tierra.
Está de moda decir nada. El silencio. La estupidez. La cerrazón.
O, como dijera mi primo: Tiene la zurrazón en la boca.

lunes, 13 de junio de 2011

Y eso será todo lo que diré sobre ese tío...


...cuyo nombre no recordaremos más.



¿Qué sonidos escucho esta noche? El rechinido de unas llantas, ¿o acaso el silbar del viento? Si los árboles se miran agitados, debe ser entonces el pavimento estúpido contra la rueda que ha sido herramienta favorita del hombre. Ya no lo hay.
La pequeña sensación de reconocer que se ha estado tan mal por muchos años, que se han hechos ridículos y medio, que se debieran, justo ahora, tirar a la basura tantas hojas. Esas hojas sin sentido, sin placer, embarazosas, las que jamás en la vida volveré a mostrar a nadie. ¿Sería yo capaz de tirar los sueños que creí verdaderos cuando adolescente era?
Recuerdo ahora cuando K me explicaba su desazón ante la frase de su hermana: "No vale la pena". No vale la pena hacer tal o cual; tú no vales esa pena, ese trabajo, ese cualquier mínimo—o máximo—dolor. Entonces comprendí la magnitud de la frase; lo ínfimo que uno puede llegar a ser ante los ojos de alguien: Ni para eso valgo yo.
¿Con qué otra sorpresita me pueden salir?


Al final de día, cuando se queda sola, sabe, quiere, necesita decir algo más, pero no encuentra a quien, porque todos están lejos, distraídos, ocupados, aislados, ¿o acaso es ella la que está así? Sabe que en su ardiente pecho no queda más que guardar silencio, o guardarlo todo para después, o callar para siempre jamás.



Quisiera, pues, dejar de tener tantas preguntas en el tintero.

(pensando en las preguntas jamás hechas)


miércoles, 1 de junio de 2011

Distracciones


Distracciones, violencias, mirar al Destino y no quererlo ver de frente, por primera vez caer por otro lado y preguntar miles de cosas. ¿Dónde están las ganas tantas de hacerlo todo a la vez? Un cansancio prematuro y dolores de semanas enteras, que hacen que me arrepienta de respirar siquiera. ¿Dónde está el sueño plácido y temprano?
Las curiosidades que se asientan al lado derecho de mi cama y yo que les doy paso y pierna suelta y mis ojos, cerrados, repasan lo que vieron todo el día; el aburrimiento de la tarde y los cólicos pesados, abominables. Cólicos de todos tipos desde los días inmemoriales. ¿Qué se siente, pues, ya no tener dolor? ¿Es como sentir que no se tiene cuerpo más?
La mente previsora que no existe en mí. La mente que planea las vueltas y revueltas, la que pasa de una idea a otra, para no poder hacer nada concreto. La mente que no se deja descansar y quiere hacerlo todo de nuevo; o de viejo. La mente que extraña gente, cuerpo, ánimos, estatuas, fortificaciones, tragedias, comedias, amargores y palanquetas. La mente que no deja usar cabalmente el dedo meñique de la mano izquierda. La mente que sueña que está soñando, pero que sigue activa, en vigilia, atormentada por los sueños que vendrán, continuación de los que tuvo.
¿Y qué con las peleas?
La mente que lo sabe todo y que intenta engañarte. El autoengaño, el kitsch, el hombre-kitsch, los productos, la disfrutabilidad. ¿De qué es la labor existencial? Refugiarte del mundo exterior, del presente inseguro; refugiarte en la intimidad del hogar y rodearte de objetos que te provoquen nostalgia y melancolía.
La mente que está cansada de tratar de enfocarse en una sola cosa.

Yo

lunes, 30 de mayo de 2011

Tonterías.


¿Sabremos cuál es el momento para dejar de hacer tonterías? Jamás, diría yo; jamás, siempre preferiría decir. No hundir la vida con seriedades innecesarias, mas hacer lo que se requiera para salir de las trampas en las que uno mismo se mete.
Las transformaciones y los juegos y la misma gente. Que nunca se acabe nada de eso.
Creo que la confusión vino más acá, ¿por qué los aromas importantes se van y los no importantes se quedan? ¿o acaso es que me he acostumbrado ya? (No creo acostumbrarme al olor del pegamento.)



jueves, 26 de mayo de 2011

Hacia allá


Mi uña está ligeramente lastimada por el pad o por rascarme tanto así como un perro pulgoso y dejado en la calle. La vida ofrece insultos y oportunidades; ofrece manjares y malabares; ofrece distancia y tiempo. La vida nada quita, todo da y es sólo cuestión de acostumbrarse. La cola de papalote o los pájaros en mano. ¿Sólo seguir adelante hasta encontrarte con el siguiente reto?
Palabras interesantes van y vienen; las que se quieren escuchar y las que no.
¿Qué voy a saber yo si no estoy en cabeza de nadie?
Las imágenes lo dicen todo y qué mejor que simplemente contemplarlas. ¡Oh el pasado glorioso!

lunes, 23 de mayo de 2011

Simón tu hijo...


Cosas cayendo, pesadas rocas, granizos asesinos, veintes, tostones, Sorjuanas no.
Verborrea galopante, arrean los caballos y se desbocan. El sinsentido gobierna la cabeza, toda ella llena de gris y blanco, que el tiempo ha pasado, que la mitad de la vida no casi todo, es la más importante; que lo que estuvo todo el tiempo enturbiando la buena consciencia desapareció con la magia de la Inconsciencia.
El resultado de la ecuación (la frase ha sido destruida).
Del miedo, de la pérdida, de la cabeza nada fría y de los homenajes silenciosos a los que ya no están más acá, y no sabemos si estén más allá. De las cosas más importantes y abrumadoras a la más mínima flor y detalle.
Un sólo gesto. (Vanitas vanitatis)

sábado, 21 de mayo de 2011

Esas extrañas experiencias.


Cuando se pierde el control



de los miembros



de la casa


de tus sueños.



Cuando la otra parte es una pared incrédula, áspera, siempre la misma. Una pared que ha de demolerse más temprano que tarde. Romper su cara y despejar la ira. Remover los terrenos y quitar lo podrido. O dejarlo todo podrido.

Partir.
Y todo lo que ha hecho la suciedad y la locura, abandonar.


Mas nunca olvidar, sobretodo lo que te ha dado gozo.

domingo, 15 de mayo de 2011

Más tranquila


Acá arriba, desde donde se ve cómo las tormentas eléctricas se aproximan o desvanecen, más tranquila me encuentro; será porque tuve lo que necesitaba, el abrazo de consuelo que tanto había pedido y que llegó así, después de todo un día de ópera y Wagner, una tarde con mi gente, una noche con mi amor.
Sólo consuelo de la única persona que puede dármelo.
De lo demás, por cansancio o por hartazgo, aún no puedo escribir.