viernes, 16 de agosto de 2013

Mi nombre es Eva


Mi nombre es Eva, no Berenice, no el otro, con el que se empeñan en nombrarme. No. Ese nombre no me pertenece. Le pertenezco a la gente bajo ese nombre, pero yo no soy suya. No soy su creación. No pedí venir a este mundo; nadie lo pidió (digan lo que digan las teorías poco comprobables). Mi nombre es Eva: E V A. No otro. No el nombre vano con  el que insisten en usar conmigo: ése es casi un insulto.
Díganme por mi nombre. Yo no pedí ese nombre; nadie pide su nombre (aunque las teorías de los nombres digan lo contrario). Sí, el nombre sí determina la vida, el camino, no así las preferencias, (¿o sí?).
Mi nombre es Eva y yo no pedí nacer en este mundo, este país, esta ciudad, con esta familia. 
Simplemente quería las cosas hermosas, simples, sin pretensión.
Pero ahora, ¿quién voy a ser? ¿de qué recuerdos hermosos me afianzaré si no valen más?

lunes, 12 de agosto de 2013

Lo que es


¿Qué cosa soy yo que no soy cosa que no fui?
Lo que hice no lo haría más, si no fuera porque me gustó alguna vez, pero ¿todo lo que me gustó alguna vez es digno de hacerse de nuevo?
Alguna vez escribí: "Lo que fui, lo que soy, lo que seré." Y me quedé con eso. Quién sabe de qué trataba todo aquello, lo olvidé. Será cierto que las malas experiencias son las que mejor permanecen las las memorias de los mamíferos. 
A veces quiero recordar y me sumerjo en los vicios electrónicos, sólo para constatar que ya no importa la verdad, que la verdad yace en las sensaciones que hacen juego con la luz de los días. ¿De qué tratan las noches cerradas?, la falta de luna. Extraño las estrellas. ¿Se las han robado acaso?
Ya no sé si soy capaz de hacer ciertas cosas, de retomar los vicios, de dejarme caer en le hoyo de la deliciosa autodestrucción.
Será que he encontrado el mas dulce sitio para guarecerme de los males.