domingo, 19 de noviembre de 2023

Los princesos.


Muchas veces pienso en los princesos. En este momento estoy pensando en ellos, en uno en específico. Los princesos son aquellos personajes con privilegios que no saben hacer mucho o nada de trabajos manuales y trabajos para no morir de hambre. Que no limpian su propia casa, que no saben cocinar, cambiar un foco, cambiar una llanta, que tienen el baño todo sucio, o su cama, o su ropa, hasta que llega alguien –casi siempre una dama– a hacer la maravillosa labor de tenerlo todo listo para él.
Los princesos son muchos y son variados, son flacos, son gordos, chaparros, morenos, güeros, altos; están en todas partes. Una pensaría que con la edad agarran mejor camino, pero todo lo contrario: Se vuelven más comodinos, más flojos, que la edad, que el peso, que ya están viejos, que siempre han sido así y no tienen por qué cambiar.
Conocí uno así, o casi así, y no sé por qué lo sigo recordando. Tal vez todavía lo extraño, porque, a pesar de ser un princeso, yo lo quería, a pesar de no limpiar por sí mismo, de hacer comida prehecha, de no tener estufa, de que le iban a limpiar la casa (y el baño), de que no tenía disposición de cambiar nada, porque ya tenía cierta edad, yo sí le quería, y bien, y quería compartir algo más que un lecho semanal con él, ¿por qué? ¿Sería la mera hormona, la mera casualidad, la fallida gana de experimentar la heterosexualidad completa?
Qué se yo.
Es molesto pensar en los princesos. Pensar que él allí está aún, tan fresco, tan continuado con su vida diaria, tal vez cambiada, tal vez no. Con su hija (¿su ex esposa, la más malvada y loca?), su trabajo, (¿lo habrá cambiado?), sus arraigadas y más rancias costumbres, todas de la vieja alcurnia y la más o menos buena cuna, porque sí, este princeso era de los de árbol genealógico, de los que tenía parientes en política y hasta en rectoría, muy cuco todo, y nada de barrio, nada de pueblo.
Definitivamente no hubiera si yo feliz con ese princeso. Me hubiera aburrido de lo lindo, me hubiera pachucheado, hubiera dejado mi vida loca y casi absurda por la fantasía más ingrata; sin embargo, ¿qué será de él ahora? Por alguna razón psíquica tengo esa curiosidad, ¿seguirá vivo? Creo que sí.
Eso que él rompió un mes de noviembre de 2017, que dejó inconcluso y desgarrado, eso es lo que me hace, de vez en cuando, preguntarme: "¿Qué demonios estará haciendo ahora?"
Pura zonzera. ¡Aléjense de los princesos!