jueves, 28 de octubre de 2010

No sentirse


Los esfuerzos por levantarme fueron infructuosos. La cama me atrajo o yo me atraje a ella con tal fuerza que me inventé el sueño y volví a dormir profundamente y aún tengo sueño. Sonidos de campanas y cascabeles, el otoño va cediendo rápidamente su lugar al invierno: no le importa no ser más lo que es y quisiera ser congelado pronto. La emoción por ver lo nuevo se diluye. Los esfuerzos por conocer gente nueva no han sido lo que había esperado. Quisiera alegría y consuelo. ¿De qué?
Cuando llegué me dijeron que no habría problema, que California estaba muy lejos. Me relajé y no busqué opciones para pasar menos fríos o para conocer –de todos modos las pistas de aterrizaje estarían congeladas–, mas ahora cierta amenaza, cierto dicho, me han dicho y yo siento miedo, sí, miedo, porque no lo tenía pensado y porque aún no lo tengo pensado, pues no hay fechas concretas y ésas sí son bien importantes.
Que la incertidumbre sea la que me tiene así y no la falta de sol y de contacto humano.


No hay comentarios: