martes, 29 de septiembre de 2009

¿Qué es lo que hace falta?

Esta sequía, esta vida sin sentido, sin respuestas, con decisiones dudosas,
con "cosas-por-hacer" que me orillan a marcar la vida. ¿De quién es esta vida? ¿De quién es este cuerpo? ¿Es mejor ser olvidado? ¿Cuál es mi mayor temor? De tanta esperanza, espera, de tanto en tanto que se ha acumulado en este hueco. ¿De quién es la culpa? ¿Cuánto más puedo seguir llorando al pensar en mis muertes?
¿Los deseos se cumplen? ¿Las promesas se cumplen? ¿Todo ha sido en vano?
Yo qué tanto quisiera que...
¿Cómo, maldita sea, la gente me borra de su mente?
¿Cómo, maldita sea, la gente olvida las cosas importantes?
¿Cuál será el maldito sitio al que he de pertenecer? ¿Eso ocurrirá algún día?
Ah, súmamente Heimatlos.



jueves, 24 de septiembre de 2009

Träume - Trauma

Dijo alguien por allí que entre más elaborado el sueño, más coheficiente intelectual se muestra. ¿Será cierto?
Para cierto proyecto, el cual siempre está al aire, he di a la tarea de sacar mis más profundos sueños y unirlos vía narración. La verdad les falta algo, pero no sé que sea y mientras son peras o son manzanas -que por cierto, tengo aún peras en casa- pues los enviaré y haré feliz a alguien (supongo que a la única persona del comité editorial) No contaré mucho del proyecto porque ni mío es, porque me avisaron casi de último momento, porque las notificaciones no se me dan como es debido, por muchas cosas.
Sí, sigo indignada, ¿pues qué piensa que yo comparto cuerpo con la otra? Sí, quiero mucho a El Gato, pero no es como para que casi casi traslademos nuestros pensamientos de mente a otra. (Lo cual, por cierto, no es muy recomendable, cuando sueñas con alguien más)
En fin, supongo que seguiré trabajando sobre los sueños, que no son mala idea, y a ver que más sale adelante, que bien debe recordar el lector de este humildísimo espacio, tengo otro que dedico a los textos de mi autoría (aunque allá se diga que lo hacen mis árboles)
Ah, no sé por qué escribo así hoy, debe se que debo desempolvarme. Tanto tiempo sin escribir las habituales aventuras de esta citadina sureño-norteño-centro ¡goooooooooooooool!
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Aquí brindando por la recuperación del muchacho, que el menso se casi cayó del techo por andar de gato volador, según la tía Eva.