domingo, 17 de octubre de 2010

Qué domingo


No. Pensar. Actuar. Despertar. Radio. Red. Vivo. Grabación. Decepción. Búsqueda. Tarde. Hambre. Soledad. Silencio, sólo hay silencio, pero cómo duele cuando no lo hay. Desayuno. Huevo. Espinaca. Queso. Chiva. Untamos un pan muy bien. Sabroso. Realidad. ¿Sola?
De muy lejos los impulsos eléctricos me hacen compañía. Agradecimientos. Todos. Empero que cuando se está aislada físicamente las palabras, las escenas atormentan ardorosamente la imaginación; nada es suficiente. Ven.
Ven a mí, que no muerdo, bueno, sólo un poco, pero muerdo rico, como el fruto más jugoso que existe, con ganas de devorarte y dejar un poquito para más tarde y jamás lamentar el hecho de haber acabado contigo. Ven, que quiero recordar a qué hueles y confundir mi aroma con el tuyo, que salgas de mí oliéndome, ya extrañándome desde el momento en que me sueltas siquiera un segundo. Ven. Mirar tus ojos. Palabras sueltas llenas de mí y las risas agradecidas al final.
Sí. Imaginar. Pasmar. Dormir. Televisión. Red. Vivo. Reproducción. Sorpresa. Encuentros. Noche. Saciedad. Caldo. Pescado. Chiva. Untamos un pan de nuevo generosamente. Sabroso. Realidad. Aquí.
Te extraño. Es otoño y hay humedad.

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