sábado, 31 de mayo de 2008

¡Esa maldita nostalgia!

¡Esa maldita nostalgia no me dejó dormir anoche! Por eso esta tarde he dormido como indigente en una banca del parque, tapada con una chamarra, con el viento destruyendo mi mala salud y mi consciencia abandonada.
Alguna vez pensé que no podría vivir sin ella. Alguna vez pensé que mi vida era ella. Alguna vez pensé que debía estar preparada para ella en cualquier momento, que mi lugar era donde ella. ¿Qué pasó después?
Después solamente se despedazaron en escamas todos los sentimientos, resquemore, hasta resentimientos. Están en el suelo de madera y de mármol. Entre el frío de muerte y el calor que se hincha de humedades.
Lo siento, la humedad afecta seriamente mi razonamiento, a tal grado que "Si tú no vuelves" de Bosé podría hacerme llorar en cualquier momento, aunque sea el menos indicado. ¿Debería sentir vergüenza?

Cuando todo acaba en pelea

Farsantes, no farsante, quien se fue, quien se iba a ir, quien se quedó. Y todo termina en pelea una y otra vez. En busca de la estabilidad, en busca de la compatibilidad absoluta, en busca de la redención, en busca el pecado mortal extremo. Quien estuvo picando hace tanto tiempo lo sigue haciendo, quien trató de suplantarme, lo sigue haciendo. Aunque ya no quepa yo en el lugar, aún así se siente como si fuera real.
Son carroñeros. Odio a los carroñeros. No pueden formarse una personalidad propia, no pueden hacerse de amigos nuevos, sin buscar pleito y causar problemas. ¿Dónde está la autenticidad? ¿A dónde se fue el ser valiente y formal que espera el turno correctamente?
Sé que no he sido una santa; sé que soy peor persona de lo que se espera. Pero de lo que estoy segura plenamente es que jamás me metería de forma cizañosa entre dos o más personas. Lo demás, lo de irse, lo de hacer lo indebido, lo de no pensar en el otro y guiarse por mis impulsos, lo de hacerle caso a mi instinto y no a mi razón, de eso sí seré todo lo culpable que se me impute, quieran y apetezcan.
Aunque nadie lea esto... Lo siento.
Alma desgarrada.

jueves, 29 de mayo de 2008

El miedo a Tutsipop señorita o el recuerdo de los ex

Érase una vez un día en que yo tuve una paleta para mí sola sin saberlo. La chupé, la saboree, la revolqué en mis sales. Érase un día en que mis sales parecían no ser suficiente y la paleta reclamó chilitos y polvitos pica pica para andar jugueteando. Érase un día en que parecía que mis sales eran más que suficientes, pero algunos granos se habían ido volando hacia donde pertenecían y nunca más volverían. Érase un día en que las sales se concentraron de cuatro ojos y no hubo más consuelo. Érase un día, muchos días, tan cotidianos que daban miedo y risa seguida y a destiempo.
La paleta juguetea en su almohada, se pega y despega, vuela con los mosquitos y tiene aventuras varias. Ya no más con mis sales y lo lamenta; sin embargo ¿por qué nunca dijo que yo era las sales en las que Tutsipop señorita se revolcaba? ¿por qué simplemente fui "una soprano" en su descripción de foto?
▬ Resentimientos fuertes se agregan a las sales, son como malas humedades, ¿Pueden las sales honguearse?▬
A veces hay amores abajo de las costras; salen como purulencias dulzonas. ¡Cómo puede ser mejor amar de lejos!

miércoles, 28 de mayo de 2008

Víctimas

Mujeres víctimas de todos, del porno, de los maloshombres, de sus educaciones, de la televisión, de sus padres, de sus hermanos, de toda su familia. Mujer frágil y fuerte, que dice poder hacerlo todo ella sola, pero que en la seguridad de su hogar, reclama su soledad y su silencio. Mujer que busca en todas partes compañía, de los que tiene, de los que debería tener y de los que no tiene. ¿Y su fortaleza? Se fue a la basura...o a Querétaro, en donde se refugia del frío que ella escogió sin escoger y que la ha tenido relegada por años en una casa que todos ambicionan, pero nadie quiere.
¿Y yo? Escapar quiero, de esa mujer, de lo que se me impone sin imponer, de sus desesperaciones, de sus hambres y sentimientos. Yo solamente me evado de responsabilidades que no me gustan y de las propias, porque el sinsentido me rodea. ¿Cuál es el punto de todo esto? Todo parece como una segunda adolescencia. Habría que bajarme del cerro a tamborazos para desenmascararme, habría que arrastrarme por pedregales para desletargarme.
Mientras tanto, la nostalgia me mira por debajo y me hace señas con sus manos para que me entregue y deje de estar chillando lo que yo solita perdí hace unos meses. Sé muy bien que no puedo regresar el tiempo; sé muy bien que somos otras ahora; sé muy bien que en esos huesos ya no me acomodo; sin embargo de vez en vez anhelo aquéllo.

martes, 27 de mayo de 2008

Me han dicho que escribo

Pero yo no sé. Aquí estoy. Abrí este blog por mera diversión, mero aburrimiento, mero todo. Siempre he abierto espacios con el fin de decir algo, aunque sea cosa barata y cualquiera. En fin. Espero que a mí me guste siquiera y no sea una cosa vacía como suelo dejar todo.