miércoles, 25 de agosto de 2010

All made of...


Tendría que. La vida está detrás de mí, me persigue, no me deja en paz.
Miro el final del patio y repentinamente recuerdo los rencores del pasado. Miro al fondo y es mirarme a mí misma dentro de la inmensidad que problemas que yo creé. Ahora yo, en otro lado o lo demás de lado, de frente a algunos que ya no son yo.
Lágrimas, dolor, pena. ¿Por qué después de tanto tiempo sentí pena? Como si todos los 'hubiera' de mi mundo se agolparan en mi pecho, como si quisieran salir en tropel ahogavidas.
Aquéllo que fue lo más bonito, que creí borrado de la memoria, surgió: Entre los días no ocurridos y las negaciones de mi persona. ¿Qué importaba todo eso? ¿Ahora importa? Estoy demasiado lejos como para responder esas preguntas vacías, a esas preguntas que sí, ya no importan.
Y como muchos momentos en mi vida, un chico atravesaba el cementerio con una guitarra, canturreando algo acompañado de arcordes que sonaban bien; de nuevo el confort a mí, vino.
Temo que empiezo a extrañar el contacto humano.


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