jueves, 14 de octubre de 2010

Sueños, deseos, depresiones.


No soy yo la que los tiene, no; sólo a veces está allí todo eso, alrededor mío, porque ellos existen también y reclaman mi atención, como si estuviera todavía allá, como si mi presencia fuera importante, como si fuera "todo oídos" el tiempo entero, como si mis tropiezos no fueran ni tantito dignos de contarse, no, porque me fui.
La que se va no siente, no sufre, sólo experimenta y goza. Lo que tiene más a la mano poco importa para aquél que se quedó, porque simplemente se quedó en su vida, toda.
Estoy aquí, pensando, sintiendo, experimentando. Un compañero me preguntó cómo se decía to experience en español.
No espero mucho, nada de nadie, los veo, sus letras en la pantalla, soy feliz con sus saludos, con sus recuerdos, con saber que han celebrado ya mi funeral. Soy feliz cuando apareces y saludas. Soy feliz cuando platicas un poco de tu día. Soy feliz cuando me compartes. También soy feliz cuando te despides.
Día tras día, todos iguales y diferentes, algunos especiales, algunos no tanto. Entre sueños y recuerdos, camino, ando, arranco. Me siento en una buena banca o un cómodo sillón y leo mientras espero. Miro poco a poco caras conocidas, sonrío de vez en vez y hasta río.
~~~~~~~
A veces me pregunto por qué la gente me habla, por qué me consideran importantes en su vida, por qué creen ellos que tengo capacidad para entender sus intelectualidades. Me veo frente a ellos –mis amigos– y no soy más que la más banal de todas las mujeres.

No hay comentarios: