Solitarias...

HACE MUCHO QUE NO ERA 31 DE MAYO... Hace un año.

Esta mañana vi la fecha y algo vino a mí, pero no sé que fue. ¿Qué pasó el 31 de mayo en mi vida? No recuerdo, pero esta vez no lo hace molesto; esta vez no se hace molesto no recordar tantas cosas.

El olvidO vino a mi, calmó mi mente y luego se fue sin respuestas. Me quedaré así por siempre; perderé mi memoria de elefante; me recostaré y dejaré que me lleve el tiempo: Que pase lo que tenga que pasar.

Les daré a mis consejeros unas vacaciones permanentes y todo lo que ha de ser resuelto por mi pétrea cabecita, solito hallará camino. No consejos, no preguntas, ni siquiera olvido, ni siquiera todo lo que antes tanto importó.

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Todo porque me dijeron que todo el mundo hace patente su tristeza aquí, en la Red.

Porque ya no reconozco a quienes dijeron ser mis amigos.

¿Con el tiempo uno se va quedando solo?

Con el tiempo hay menos personas que te comprenden y uno se va perfeccionando.

La autoperfección no es más que acabarse, quitarse las rebabas y sacudirse de todos aquellos que parecían entenderte: Ya pocos hay.

El tiempo acomoda todo.

Vi una foto y casi digo: "¿Quién es esa?" Luego, cuando vi el pie de foto, lo recordé; así como también recordé que a veces la extraño por su simpleza y su humor ligero. De pronto todo está tan pesado al rededor mío; de pronto echo de menos a medio mundo; de pronto me encuentro a la mitad de la noche –y más allá de la mitad– esperando a quién sabe quien, para que me haga alguna compañía.

Pudiendo vivir en esos locos sueños que suelo tener cuando me hallo ansiosa.

Mundanales...

Si me hundiera, ¿vieras cosas bellas?

Si dejara de esperar por algo (porque siempre espero por algo permanentemente), ¿fuera feliz?

Si dejara de llenar mi cabeza de dubitaciones, ¿mis huecos se llenaran solos?

Si dejara de mirar allá, lo más lejos de estas paredes, ¿empezara a correr?

Si me metiera en el agua y escuchara todo desde allí, ¿mis voces callaran?

¿Dónde está lo que siempre había querido para mí? ¿Dónde se encuentra el futuro que siempre soñé? ¿En qué consiste la vida sin sentido que todos nosotros debemos de cargar? ¿Cuándo las tristezas se caerán, cuándo aceptaremos lo que nos corresponde y disfrutaremos de su sabor? ¿Por qué tenemos que basar esta existencia en insatisfacciones y esperanzas vanas?

¿Cuándo dejaremos de buscar lo que creemos que no está en la palma de nuestra mano?

– ¿Te reconoces en algo de lo escribo?

– Apenas si te leo.

– ¿Por qué no? ¿No tienes tiempo?

– Es que apenas si me acuerdo.

– ¿No estás comiendo suficiente?

– Apenas si ingiero algo.

– ¿Quién te crees que no te cuidas?

– Apenas si me reconozco.

– ¿En lo que lees aquí?

– No, en lo que leo en otras partes.

– ¿Alguien más te describe en cantares?

– Apenas si lo sé, me parece que sí.

– Te has convertido en alguien tan importante.

– Te has convertido en alguien muy importante.

– ¿Te reconoces en algo de lo que escribo?

– . . .

Obsesiones previas que resurgen con el tiempo, con los ciclos (¿menstruales?).

Dedicado a Fali. (@LugubreOrfeo)

Mayo

Now is the Month of Maying

(Thomas Morley)

Now is the month of Maying,
When merry lads are playing,
Fa la la la la.

Each with his bonny lass,
upon the greeny grass,
Fa la la la la.

The Spring clad all in gladness,
Doth laugh at Winter´s sadness,
Fa la la la la.

And to the bagpipes sound,
The nymphs tread out their ground,
Fa la la la la.

Fie then! why sit we musing,
Youth´s sweet delight refusing?
Fa la la la la.

Say dainty nymphs and speak,
shall we play Barley break?
Fa la la la la.

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Un madrigal para recordar este mayo (que pronto terminará)

Desdecires...

Hubo una vez una felicidad andante que no sabía más que de ella misma, que no podía ver más allá de sus propias narices, que repudría en sí misma y en sus mañas y perversiones. Hubo una vez una felicidad terrible que arremetía con todo, que iba contra todo, que quería cambiar el mundo a su imagen y semejanza.

Hubo una vez un día en que la felicidad se encontró con otra y jugaron a ser más felices nunca antes, hasta que se callaron todas.

La felicidad y ser felices no son lo mismo y se desencontraron en diferentes paredes y juegos.

¿Cuándo la felicidad aceptará los cambios?

¿Cuándo ser felices no negará más el serlo?

¿Y si es feliz de ese modo?

Hubo una vez una felicidad que se le olvidó ser feliz un rato, todo por recordar aquél viejo puente... Justo después de eso:

Llegaron los desdecires. ¿Acaso tendremos más de eso?

Caminares...

Camina poco y mira lo bello, lo que está dentro, lo que está fuera y aquéllo. ¿Tendría yo el valor de hacer lo mismo? ¿Tendría por qué? Nada debo y mucho temo que no sabría que hacer en situación semejante; supongo que no saldría victoriosa en lo absoluto y sí, bastante pisoteada. Parece que mi imagen importa mucho en realidad; parece que "el qué dirán" tiene más peso de lo que antes habría aceptado.

Hoy lo acepto.

Ya sin máscaras y con esta sola apariencia, en el momento en que se me sea descubierta, seré corrida de toda vida buena. ¡Ay!

¡Ay! ¡Pero cómo se me antojaría comprobar, probar, obrar, otras maneras semejantes de los ojos no tan míos, de los ojos que siempre se engañan con distintos andares! ¡Ay, pero allí estaré!

Calabazares...

Tuviera yo la certeza de algo, sólo algo, y fuera tan feliz como aquel día en que los pesares se fueron por un instante. Pero todo parece tan confuso y bueno, sólo bueno por momentos cortos, porque el resto del tiempo me veo envuelta en los velos más sucios que me puede brindar un mal entendimiento.

Llegara finalmente la buena nueva para levar anclas y hacer mis placeres, tendría yo pretexto para ser otra por momentos dichosos y tibios (o fríos). Fuera objeto y sujeto de maravillas varias y terminara por recoger todos los bienes de la gente y los ayudara a todos con sus penas.

Mas no, tal pareciera que el destino se empeña en tenerme en este lado obtuso, pesado, majadero y sucio, donde los temores están a la orden de cualquier hora ¿y los temblores? Los temblores fueran ayudados por más de uno que, como yo, quiere verdaderos renaceres, no sólo decires-renaceres.

Pensares...

Contengo, retengo, no tengo, ¿tendría?

Los silencios largos ahogan la noche, que se va enfriando, según transcurre. Las mismas vueltas, ¿que nadie es indispensable? Lo sé: Nadie cambia.

Las espirales me hacen vomitar. ¿No podría ser solamente un mechón de cabello mío enredado en un dedo? No. Es todo el montón de cabello enredado lo más posible, molestándome como antaño: estorbándome.

¿No puede haber simpleza en mí?

¿Por qué no existe la fórmula mágica para la ligereza?

Zurückhaltend bin ich.

Las cosas lindas, las cosas simples.

La primavera, la vida y sus calores. Las decisiones que no están en mis manos y las que sí lo están. Los cambios hormonales y las descargas físicas necesarias. La bendición de ser mujer, ahora sí, y dejar tus problemas de lado por el dolor de cada mes. ¡Qué alivio dejar de pensar! ¡Qué bello dejar todo atrás! Aquí es cuando el sufrimiento físico vale la pena.

Sigo buscando chispas, sigo tras el aire, enloquezco con Vivaldi y después, al finalizar el día, de camino a casa, no estoy sola, porque ellas, tan pequeñas están conmigo y bailan al son que yo les canto. Llego a casa, abro la puerta, dejo mis cosas, busco una maceta y una palita; las siembro. Son tan bonitas. Las nomeolvides que compré porque leí mucho Kundera, porque mi Gato es SymbelmyneAgnes, porque quise hacer muchos homenajes, porque son un reto personal, porque no me gusta estar sola y quiero muchos amigos con quienes jugar, porque espero que mis amigos, los más queridos, vuelvan a mí, porque siempre permanezco y espero con la mayor impaciencia por ellos, porque sí los quiero, porque me son deliciosos, porque, en lo que regresan, siempre es buena idea tener una buena ocupación: ¡Qué mejor que con mis amigas las plantas!

Que todos mis amigos recuerden las cosas más lindas: las más simples; las que los hacen felices y sepan regresar a este lado de la vida, donde siempre aquí yo estaré.