viernes, 18 de marzo de 2011

La primavera que se acerca.

Créanlo o no...

Viene la primavera, las aves cantas, los patos han llegado, el sol está en el horizonte, la gente sale de sus casas. Filas enormes para un helado.
Salgo a caminar un poco por el Lago Champlain, para pensar y para refrescar las ideas.

Wind


Viento hace y oculta el sol. Las nubes viajan sin quejarse y los remolinos vuelan con las pocas hojas secas que lograron permanecer a pesar de la nieve. Afuera, la casa la casa de herramientas del vecino sufre con el azote de su puerta abierta. Azul el cielo, tanto tiempo sin verlo así.
Me han preguntado lo que extrañaré de estos lares: puede ser que hasta el congelamiento, o las pulgadas de nieve, o el inglés constante; puede ser que todo quede olvidado en cuanto sienta el calor, la otra calidez, la calidez familiar. ¿O no? ¿Será desilusión segura? No esperar nada, seguir en la nube en la que estoy, donde todo es irreal, donde nada de esto parece estar pasando. ¿Es lo que sucede siempre con los viajes, sean largos, sean cortos?
Éste, el que está por terminar, me ha dejado con la mente fuerte y con el cuerpo deseoso de calcio. Vamos por él.

martes, 15 de marzo de 2011

Himmel


Al cielo iré para llegar al otro lado otra vez, es hispanohablante, el moreno, el oloroso. Estaré allá, tan lejos de acá y más allá de toda frontera. ¿Después?
Mirar las nubes solamente, acordarse de mejores tiempo, tratar de no hablar de los tormentos. Explicaciones nulas y las de siempre. Ahora que voy de vuelta, mucho que decir, poco que hacer, ¿o era al revés? Tantísimo por hacer y poco que decir, porque lo he dicho ya, una y otra vez, lo he explicado, dibujado, narrado, en 1ra, 2da, 3ra persona del singular, del plural. (Lo último es una exageración).
Volver a las adicciones: El teléfono celular, más internet, comida, café.
La estancia sin teléfono celular ha sido placentera. Al principio fue difícil, después me acostumbré. El internet fue mi salvador; no me volví loca por él. Comida habrá, pues aquí la hay, pero necesita sabor. El café rico llegó tarde acá, lo que me recuerda que debo terminarme otro medio kg antes de partir.
Volver para saber nada de nuevo y tener gente cerca otra vez, poder oler, poder degustar, poder decirles con viva voz que...


lunes, 14 de marzo de 2011

quisieras


¿Qué me llevo? Las ideas, no tengo en realidad. Hojas en la pared, colores, hojas en la mesa vieja y libros que he leído. Todos ellos. (No todos).
El intestino suelto, las desgracias lejos (no tan lejos si las miras del otro lado de este continente). Nadie está a salvo, nadie puede predecir los desastres naturales.
Quedarán sólo súplicas sinceras de que haya sensatez en las acciones de emergencia. (Qué oración fue ésta.)
Y de vuelta a l mismo infierno, las mismas reacciones, la misma gente que se cree señor de la casa, cuando jamás lo ha sido. (Y uno que se siente nuevo, otro, el mismo, pero revolucionado).
Mi refugio, muchos tantos de apellidos distintos, colores, formas, cabellos; ahora que ya saben cómo soy, ahora que han visto todas mis flaquezas, presunciones, apariencias, no-fortalezas, ahora que estamos más lejos que nunca (dos horas de distancia), ahora, me les vuelvo y no sé si la disposición aguante.
Sueño que estoy dormida, (o el déjà vu constante).

viernes, 4 de marzo de 2011

Ni escrito


Presupuesto armar...flojera da.
Tristeza que se esconde en el caparazón de la mezquinidad. Las cosas fuera, las cosas dentro de inmediato, ¿qué pasa? ¿por qué tanto apuro? Lo que antes se hacía de inmediato, ahora ya ni se piensa en hacer, ni se pregunta, ni se tiene la intención.
Sólo duerme y sueña y en algún momento de su vida recordará que no lo hizo y tal vez sienta arrepentimiento, tal vez no. No podría decirse más.

Nuevas aventuras a tomar.

martes, 1 de marzo de 2011

Debí saber


Debí saber que algo estaba mal; sí que debí.
¿Por qué tenía tanto miedo de hacer cualquier ruido por las noches, cuando yo estaba acústicamente aislada? ¿Por qué no poder dejar mi jabón en el baño? ¿Por qué la rejita en la escalera y la frase "No es que no quiero que subas"?
También debieron saber del otro lado que algo andaba mal cuando les dijeron que hasta el champú comprarían.
O siempre lo supimos—o por lo menos yo lo supe—, pero jamás que llegaría a ese extremo.
¿Era miedo a estar constantemente vigilada?