domingo, 14 de noviembre de 2010

Entrecerrado


Quedé en decir que ya no puedo, que se ha terminado, que ya no hay más palabras para expresar eso que se queda en el fondo. Quedé callada, encerrada, acabada en maderas.
Eso que se quede fuera, como el frío, como el arrollo que se hace cuando llueve y corre ¿a dónde van a parar las aguas? He visto que se estancan, que la tierra las absorbe, que nada. Siempre las aguas conmigo, siempre lo que no se puede contener o lo que tiene muchas formas o lo que juguetea con mi cabello y lo enmaraña: el viento.
La ventaja de que el tiempo corra y el sol no esté más conmigo es la de leer en el más profundo de los silencios hasta quedar vacía de mí; sin embargo los pensamientos, como insectos molestos, no me dejan en paz y tengo que hacer algo al respecto.
Escribí, recordé, el labio me mordí. Cuando hube terminado, el sol, la luna, el frío.
Las certezas de que me aman.

No hay comentarios: