sábado, 31 de julio de 2010

La última de julio

Mañana es agosto, hoy es aún julio. ¿Qué me dio julio que no me han dado otros meses? Lluvia, poco sol, nerviosismo, sueño y cansancio. Julio me ha roto un poco y ha empezado a arruinarme. Busco cosas necesarias para el viaje y trato de deshacerme de las innecesarias, de los pesos del corazón, los corajes, las faltas y las ausencias. ¿Dónde estás ellos que no poco he invocado? ¿Será buena idea volver a convocar a la gente? ¿No es acaso mucho ruido y pocas nueces?
¿Quién tiene interés verdadero? ¿Quién dice no hay problema, allí estaré? Pocos y son los que en realidad quiero, los mejores de mi vida.
De repente, al tratar de soltar mis amarras, llega algo y me pregunta por mis quereres. ¿Se los digo todos? O dejo de abrumar a la gente.

Catorce días para tomar mi vuelo hacia Vermont.


martes, 27 de julio de 2010

Los nervios y las no despedidas.


Unos sí, otros no. El cielo partido en dos y decir poco o nada sobre los planes. ¿Vale la pena?
Las conversaciones sostenidas por largo tiempo con pocos bemoles ¿los becuadros? Quisiera ser más que una niña, más que una ternura irreconocible en la noche-día, quisiera ser fierecilla andante y poderle hincar el diente a todo el que se me antoje (aunque realmente hay pocos que en verdad pueden antojárseme). Depredar.
Dejar un pequeño pedazo de mi atrás (dejarlo aquí) y conocer, romperme la cabeza con los retos, hacer nuevos corajes, intentar zambullirme. Todo para abandonar eso también. No desear. (¿Eh? ¿Cuándo escribí "no desear"?)
Verdaderamente, estoy en blanco.

miércoles, 21 de julio de 2010

Desvanecer

Carlos Miguel Prieto y yo antes de la función de la 2da. Sinfonía de Mahler del sábado 17 de agosto con la Orquesta Sinfónica de Minería.

Ah, después de los conciertos, una semana para no cantar y pasarla bien con quien quiere pasarla bien conmigo. (Con quien no quiere, pues ni le digo)
Sigo soñando que me quedo, que me voy, que alguien habla, que mis mascotas, que peleo, que amo, que me reconcilio. Abro los ojos y tengo que irme a ensayo, cantar, platicar, cotorrear, salir corriendo, hacer pipí, tratar de no mojarme y ser lo más feliz posible.
De repente, algún oscuro pensamiento cruza por mi mente y me deja perpleja ante la idea de las gotas que escurren fuera del transporte público, que no me dejan ver con claridad la aburrida avenida de los insurgentes y que me molestan tanto. Luego lo abandono todo y corro hacia mi último transporte, el que ha de llevarme a las alturas húmedas de mi hogar y hago una corta parada para comprar un panquecito de queso que me quita el hambre.
En la casa hay comida, calor y felicidad. Todo es mejor que el Olvido. ¿...?

jueves, 15 de julio de 2010

Ganas de escribir.


La gente extraña desaparece con el tiempo y vuelve con el viento, luego el viento se retira y la gente extraña se asienta, se manifiesta en forma de polvo incómodo y es menester barrerlos, moverlos de su quietud acechante o alejarlos con la humedad del trapo frío e indiferente.
A la gente se le extraña por no ser lo que era o por pretender ser lo que es o por haber sido lo no hecho. ¿Cómo se les puede borrar de la mente? ¿Cómo se les puede dejar de enunciar sin querer en cada párrafo constante de vida?
Los maniáticos que vienen y me hacen reír; ojalá estuviera más tiempo cerca de ellos, para deshilachar el tejido sucio de memorias que no valen ya ni para trapear el suelo lleno de pintura que dejó la última remodelación del hogar. Pero no, en menos de un parpadeo me quedo sola, jodidamente sola, disfrutablemente sola y conduzco por la vía directa a las alturas, escucho mi grupo favorito y anhelo que no haya más de ese silencio incómodo que retuerce mis tripas, cual si hubiera sido víctima de una bomba de mole, coco fresco y agua de jamaica.
No estoy más sola; llegaron los otros habitantes del hogar; sin embargo sigue el silencio (y crece malignamente el frío que estornuda mi nariz y tapa).


¿Cantar es la única salida que tengo hacia la paz mental?

Aquí las amigos coralistas y yo.


jueves, 8 de julio de 2010

Abfahrt


El ticket comprado.

¿La partida? 14 de agosto.

Los interesados pueden comunicarse a ya saben bien donde.

¿La razón?

Los interesados pueden saberla si se comunican.

De otra manera, es difícil que suelte la sopa (si no la he soltado en más de un año...)



martes, 6 de julio de 2010

Sobre Eliza de Mambrú y otras comunidades.


La conocí hace poco, tal vez hace más que poco, como alumna mía de alemán. Desapareció un rato, mas no del todo, pues tenía participaciones especiales en aquél lugar laboral. Después decidimos integrarnos en actividades libres, charlar, reír, respetarnos. Nos volvimos amigas, de esas naturales y tan lindas; nos fuimos conociendo más; nos vamos conociendo más.
Quisiera conocerla más.
Tenemos un lazo raro, familar-jocoso, de esos que son elásticos-flexibles-comoditos.
Me invitó a su fiesta de cumpleaños y allí conocí a los suyos, los de su comunidad exótica; son menos exóticos de lo que pensaba, ¿habrá sido su consciencia de grupo la que hizo que me sintiera cómoda?
Me da gusto que tenga cuates que la respalden.



lunes, 5 de julio de 2010

stagnierte Frau: besser zu fliegen


Hoy mismo fijaré mi fecha límite. Agosto será. Mientras la hora llegue, estaré escribiendo y soñando y esperando a que las cosas se resuelvan solas, como sola he procurado resolver todo.
He padecido un tanto, me he arrepentido de muy poco, me han ofrecido disculpas una vez ... dos veces, me han mandado saludos, se han acordado de mí, me han levantado en un pedestal y derrumbado al día siguiente.
Sigo en pie y lo mejor de todo es que yo soy la que se va y lejos. ¡Ah, bendita distancia!


¿Por qué arrepentirse? ¿Por qué lamentar el estar lejos? Si cuando reclamo un poco de tiempo de algunos de mis amigos, no aparecen jamás. Nadie notará que me he ido.

sábado, 3 de julio de 2010

viernes, 2 de julio de 2010

La que siente mucho y no dice nada


Acá está la poseedora de un millón de cabellos rizados, enredados y locos. Acá está la que tiene las complicaciones más simples del mundo. Acá está la mujer loca que promete y hace por cumplir. Acá está la que decidió ceder para ser feliz. Acá está la que se ha vaciado poco a poco hasta cansarse de ser ella. Acá está la que busca y poco encuentra pero, cuando persevera, alcanza algo (aunque no siempre lo deseado). Acá está ésta.


Y aquí están los premios, los deseos, las angustias, las penas, los silencios, las huidas, las idas, las venidas.
La oscuridad en pleno día. El todo y la nada conversan en una banca, ríen de Ella y de seguro traman más trampas y tropiezos contra sus trashumantes pensamientos. Terrible.

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¡Ah,cómo lo siento! No puedo escribir sobre lo que en verdad acaece, ni sobre mis planes futuros, ni sobre los truncos, ni sobre los troncos. Como muchos en mi vida, también quisiera escapar de mí un rato y dejarme de tanta censura.