lunes, 23 de mayo de 2011

Simón tu hijo...


Cosas cayendo, pesadas rocas, granizos asesinos, veintes, tostones, Sorjuanas no.
Verborrea galopante, arrean los caballos y se desbocan. El sinsentido gobierna la cabeza, toda ella llena de gris y blanco, que el tiempo ha pasado, que la mitad de la vida no casi todo, es la más importante; que lo que estuvo todo el tiempo enturbiando la buena consciencia desapareció con la magia de la Inconsciencia.
El resultado de la ecuación (la frase ha sido destruida).
Del miedo, de la pérdida, de la cabeza nada fría y de los homenajes silenciosos a los que ya no están más acá, y no sabemos si estén más allá. De las cosas más importantes y abrumadoras a la más mínima flor y detalle.
Un sólo gesto. (Vanitas vanitatis)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Platón advertía de los caballos, hacer caso al blanco, controlar al negro... su fuerza... su sangre: caído ha el jinete. Autarquía, control, mesura: curioso, ese desbocamiento tiene poder mágicos, proféticos, taumatúrgicos, develadores. Romper los velos, disolverse en la música, antítesis de aquéllo. Aniquilar el principio de individuación y transformar los afectos. Le mente queda estampada. Ommm Ommm Ommm