martes, 9 de julio de 2019

Día dos punto cuatro.

No hubo día uno punto cuatro porque regresaste con tu amor, pero como si lo hubiera habido.
No tuviste el mejor de los días, ni ayer, ni hoy. Todo fueron malos entendidos, irritabilidad y aislamiento. Ambos están mal.
Hoy mejor trabajaste. No quisiste gastar tu energía en más pelea, aunque sí hubo la hubo.
¿Qué les pasa?
Que están lejos, que están irritables y están mal, físicamente.
Tu amor tiene el dolor feo que a veces le da y se pone malo.
Tu estómago no está del todo bien. Te dice que no haces dieta, sí, pero te da la ansiedad de estar sola y de dejar echar a perder la despensa porque sólo estás tú. Ni modo y comes.
Tal vez actúas mal.
Estás cansada de no poder bajar la guardia, otra vez, de estar al pendiente de ti y no poder simplemente dejar las cosas a medias.
Cuando termines de escribir esto, saldrás a darle de comer a las gatas. Luego, mañana, debes terminar lo poco que te falta por terminar de la labor de años; luego, el jueves, irás por tus pendientes contra los alacranes y más comida para las niñas, y a imprimir el examen del viernes; luego, el viernes, limpiarás e irás a dar clase.
Esperas que para ese día te encuentres mejor, sino, ya no sabrás qué más hacer.
Leíste que los fermentos y los almidones pueden ayudar a fortalecer tu barrida flora intestinal. En realidad, no pensaste que los últimos medicamentos te fueran a perpetrar tal mal, y no lo pensaste porque esas cosas son las que te dice tu amor, porque tú, ni ahora, ni nunca, estarás acostumbrada a los efectos secundarios que una medicina hace en tu cuerpo. Nunca lo tomas en cuenta.
Te sientes desvalida, igual él. Están condenados a estar lejos y seguir haciendo lo que se supone tienen que hacer, hasta que casi finalice el verano.
Mientras tanto, tendrás que andar con la guardia alta, andar con tus pasitos de siempre y quedarte callada, oyendo tus pensamientos o los maullidos de los gatos.
¿Alguien contratará un masaje?
¿Alguno querrá lecciones de canto?
Bueno, también de alemán, pero eso no te emociona mucho, lo has dicho ya antes.
La gata Isis sigue cariñosa y jodona, y eso es bueno.
Ojalá sí acabes mañana lo que tienes que acabar, para que lo mandes y te desafanes de eso a la brevedad posible.

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