jueves, 11 de julio de 2019

Día cuatro punto cuatro.

Aquí me bajo.
Te levantaste. Hoy tuviste cólico, no muy fuerte, pero de esos que te quitan las ganas de andar, te dan sed y te debilitan.
Ayer compraste col morada; cinco pesos. Fue una ganga. Ayer compraste papas; catorce pesos el kilo, medio caro, pero necesitabas papas. Compraste unas chuletas de puerco. El carnicero las ahuma bastante bien. Necesitas comprar arena para Isis, que ya se le acabó. ¿Cuál fue la que salió buena? Ya irás. Hoy ya no fuiste porque saliste a hacer unas compras locas para la casa, entre incienso y velas de tapita y, de pronto te has debilitado. Por suerte, viste el transporte que te lleva a tu casa justo en la calle del Mercado nuevo, ¡quién iba a decir que también pasaba uno de esos por allí! Ya comprarás el aguardiente y lo demás otra ocasión. Estabas cansada, y con algo de prisa, porque resultó que te llamaron para que mandaras tus documentos a la casa de cultura, porque sí requerirán de tus talleres, uno o dos, esperas que dos, para que valga más la pena el viaje, y esperas que paguen más o menos bien, quizá mejor que en la otra casa de cultura, en donde quieren que des alemán (qué fiaca).
¿Y los masajes?
Nadie se ha interesado, nadie. Ni modo.
¿Y las clases de canto?
Tampoco nadie te ha llamado. La última persona que se interesó, te citó y no llegó.
Esperas que pronto se pueda hacer algo más por la lucha de las damitas, esperas poder hacerte un espacio y tal vez conocer personas con intereses similares a los tuyos. Hacer tertulias lindas.
También has aplicado para maestra de canto. Esperas poder llamar mañana para hacer cita, a pesar de que has enviado tu curriculum. La gente no se anima mucho a darte la oportunidad, a pesar de parecer estar calificada, y mira que sí te gusta dar canto, y mira que sí te gusta dar talleres y hacer feliz a la gente.
Hoy has comido mucho; se te ha antojado comer mucho. Ojalá no te arrepientas. Tal vez no, tal vez baje la comida. ¡Uy, y el cólico que finalmente se fue, como a eso de las 5 de la tarde!
Estuviste charlando con tu ex. La extrañas. Extrañas cómo habla y sus puntos de vista. Si por eso te hiciste su amiga y eso te encantaba de ella cuando andaban. Te gusta mucho la gente inteligente, que puede ver más allá de lo evidente, hasta el futuro —a pesar de sí mismos—. Si la invitaras a tu casa, ¿vendría? Tal vez no, tal vez necesites ir tú, ay, pero con prisas no es bonito el ir a ver a la gente.
Mañana será otro día y pronto verás a tu amor. Ojalá tengas un tiempito para arreglar la bibliografía y chulear aún más el texto ese pendiente que tienes de varios años.
Que mejore tu pancita.

Hoy, hace… dieciocho años todos sentimos un eclipse total de sol.

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