lunes, 9 de agosto de 2010

La novena de agosto.


Un grande gusto fue el asistir al examen para obtener el grado de una amiga. Amigas van, amigas vienen y muchas de ellas permanecen. Me quedé parada, tras llegar tarde, y sólo podía pensar en la felicidad compartida con la gente que quieres, en los festejos y las sonrisas más que gratuitas. Un regalo hube de darle, mas la premura de mis acontecimientos me dejó casi sin asistir.
Gracias estas son a la gente que es sincera conmigo y que ha compartido su corazón sin dudarlo ni un instante. Gracias a todos aquéllos que me han adoptado y que fácilmente me han incluido en su vida.
Me pregunto si yo realmente he hecho alguna aportación importante para ellos.
¿Se notará el hueco de mi ausencia?


Mientras muchos van ya de regreso, yo apenas salgo. No me da vergüenza, sino tremenda emoción y agonizantes nervios.


No hay comentarios: