jueves, 12 de agosto de 2010

La duodécima de agosto.


Falta poco, falta poco, pero aún aquí estoy y para muestra, las travesuras hoy emprendidas con mi Gato y alguien más (presumiblemente gato también, gatorrrrro). ¿Que quién decía que era puro cuento y que rajonas? Pero no, al final, tras vencer mi baja energía y no tomar en cuenta a los mirones, lo logramos. Un muy bien equilibrado trío: Dos nenas, un nene y mucha energía que ¿de dónde salió? Poca de mí, los otros dos ayudaron bastante y todo sea por darle la mano amiga al necesitado (qué decir la mano, la boca, la lengua, los dientes, los labios, todo lo que pudiera rozar).
De ese evento pocas imágenes hay, mas con lo que hay en nuestras cabezas, basta.
Yo digo que por ese tipo de cosas sí vale la pena regresar al país. ¡Que no!




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