miércoles, 19 de junio de 2019

Día tres punto uno.


Te despiertas. No te quieres levantar. Sabes que hoy toca hacer lo que debes hacer; sin más, pero, oh, sigues mala de la panza. Ni modo. No querías salir, pero tienes que salir. ¡Al médico! No quieres ir con el médico mamón de la otra vez, pero ni modo. Puro ni modo. 
La cosa ha de ser simple y no lo es. ¿Qué es del radfem y su separatismo? ¿Qué es de la gente que se da golpes de pecho y enarbola la bandera discriminatoria de la ideología de género?
Ni te acuerdas de eso. Tú tienes que ir al médico este día. No puedes seguir así. Te acuerdas de lo bello que fue cuando estuviste mala hace unas semanas y le dejaste el mando de la casa a tu amor. ¡Qué rico fue! Aunque hubiera sido más rico no haber estado mala. Ay, pero fue tranquilizador saber que la casa no se caería a pedazos, que las gatas comerían, que tú comerías sin tener que mover un solo dedo, porque tuviste que permanecer en el lecho del dolor. Pero ahora el lecho del dolor tenía que esperar.
Te arrastraste fuera, te bañaste, vestiste, saliste. No encontraste al médico. ¿Otro médico?
Tomaste un transporte público. Viste que abrían un consultorio, así que bajaste y entraste ahí.
Resultó ser una médica agradable, no como el médico mamón, una mujer que sabía de los trastornos de la MENSTRUACIÓN en tanto a lo gástrico-intestinal. ¿Por qué no se habla libremente de eso? ¿Por qué nos quedamos calladas?
Una cosa es la discreción y la mesura y otra, muy distinta, es no decirnos entre nosotras lo que nos pasa. Quizá así no habría tanto espanto durante los cambios femeninos. Tal vez. 
Sororidad, la palabra que no existe en castellano, pero que sí existe en otros idiomas, la palabra del momento, la única que nos puede llevar por buen camino a todas nosotras, las damitas.
Saliste del médico. Caminaste bastante bajo el rayo del sol para ir por tu medicina. Llegaste a casa, bebiste agua, tomaste tu medicina, hiciste pollo con verdolagas; siempre te salen muy buenas. En este pueblo se venden bastantes verdolagas y a muy buen precio. Eres feliz y saludable.
Con tantos contratiempos corporales poco has podido hacer de lo que tienes que hacer; acaso redactaste el examen de vocabulario para el viernes. A ver si mañana puedes avanzar en lo pendiente.

No hay comentarios: