viernes, 28 de junio de 2019

Día cinco punto dos.

Hoy no tienes mucho que decir. Hiciste tus cosas del viernes, como cada viernes. El señor de la basura sí se llevó tu basura esta vez, y qué bueno; dejaste la casa medianamente limpia, porque debe quedar limpia por lo menos una vez a la semana. 
Te quedas pensando en el noticiario que escuchas cada vez que trapeas, donde al locutor nada le parece, todo lo que dicen negativo del gobierno se le hace una exageración. Si la gente dice que está mal la obra, debe ser porque la gente sólo quiere ver las cosas mal; si la gente se opone a los nombramientos, cuando son evidentemente un favor, es porque la gente siempre está inconforme. Te preguntas por qué sigues escuchándolo, todo por la pereza de cambiar de estación. La pereza.
Tus alumnos esta vez no te sacaron tanto de quicio, son sólo chicos. Ya van como cuatro veces que les explicas el Akkusativ, ojalá lo aprendan bien, para la vida. Dicen que no vieron en la primaria las partes de la oración, que no saben lo que es el Objeto Directo, ¿es eso cierto? Si es verdad, eso explica todas las carencias en redacción. Temes del futuro. Y luego te quejas de los libros hechos a modo para fingir el fomento a la lectura, de la predicción, que, según, es sólo un ejercicio. ¿Cómo se acerca uno a un libro? Pues así, lo tomas, lo lees, tienes paciencia y pasas la página. Si es buen libro, te atrapará; si el tema te interesa, te atrapará. Todo dependerá también del estado de ánimo; no siempre se tiene humor para leer a los clásicos.
Fuiste con el chavo del pan de Calderón. ¡No tenía nada! Sólo había una telera solitita que se había tiznado un poco. Te la regaló. Le caes bien. Qué bueno que se le acabó el producto, pero ¡tú sí querías pan para tu amor! Ya será que el domingo le compres pan al que pasa gritando: "¡Pan de pueblo!" Será de nata, es el que más te gusta. Ya será.
Mañana será un día largo y esperas cumplir los objetivos.
Irás a la marcha del orgullo gay con tu amor. 🌈

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