martes, 18 de junio de 2019

Día dos punto uno


Despertaste. Ora sí despertaste. Te vas a levantar porque sino, no harás todos los puntos del día. Te sigue doliendo la panza, pero ni piensas en el médico, ya se te pasará, te dices.
Te bañas, desayunas. ¿Qué te habrá hecho daño? No importa ahora. Tienes que salir a tu entrevista;
una entrevista que duró mucho. El chico no le vio mucho futuro a mis talleres. ¿Por qué no? Es cosa de dar la promoción exacta. Le vio más futuro al de poesía, sí, pues la poesía, ¿pero qué?
Tal vez sea que esté peleada con la poesía.
Sales. Tienes más cosas por hacer: que el banco, que la comida, que el mercado. Mejor te comes una picada de tinga que te cae medio pesada, pero que no te da contratiempos, ah, pero el pan con queso de la casa…
Sigues la tarde. Es realmente tarde cuando llegas a casa. Tan tarde que apenas si puedes desnudarte un poco para quitarte el calor del cuerpo. Pronto tendrás que salir para los demás trámites. Más trámites.
Te explican la situación. No hay más que hacer. Dejas tus papeles. Ya se verá si se logra el objetivo o no. ¿Y la panza? Ese pan con queso te sentó gracioso; tienes que hacer uso de las instalaciones sanitarias. Agradeces el hecho de que haya agua y jabón en el baño de la plaza, no como en otros lugares del país.
Escribes en relación de hechos este día, porque no tuviste tiempo para pensar, sólo actuaste y padeciste tus dolores.
Ojalá mañana estés mejor.

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