miércoles, 26 de junio de 2019

Día tres punto dos.

Tomates.

Dicen por allí que no todo es miel sobre hojuelas. Bien lo sabes, no te agüitas, tanto.
Anoche tuviste una desavenencia con tu amor. Tú querías una cosa y él, otra. Todo terminó en despedirse temprano y ver las series que estás siguiendo en su ausencia. ¿La razón? El trabajo.
Todo parece más pesado de lo que se pensaba, y no tanto, por el momento, por la execrable mujer, sino por cuestiones de pagos y cheques y cosas que ponen de mal humor. No, no todo es sencillo, ni quisieras que así lo fuera. Sólo hubieras querido que te contara su día, como te lo había prometido.
Al final simplemente se fueron a dormir; cada quien por su lado.
Hoy estuvo todo mejor. Hubo explicaciones, besitos y cordialidad. 
Él a lo suyo y tú a lo tuyo.
El quehacer, el tianguis, el cantar, el pendiente máximo. 
Hoy sí que avanzaste en eso, no sin quererlo mandar lejos, como siempre, porque estas realmente exhausta, harta, porque te sientes la más torpe en cuanto a análisis literario. ¿Para qué o qué? Tú sólo querías leer y escribir bonito, no querías otra cosas. Tú sólo querías escribir bien ficción y alguna que otra cosa (no te engañes, sólo querías escribir ficción). ¿Y dónde están tus sueños ficcionantes? Enterrados bajo más de doscientas páginas de un análisis que ya no quieres, ¿serán menos, acaso, serán ciento cincuenta? Bueno, si en el capítulo tres son noventa y ocho…En fin. Avanzaste.
También cantaste. Te diste cuenta que te falta toda la condición del mundo. Pensar que llegaste a estos rumbos con condición para cantar hasta un musical entero, pero ahora, ahora no eres ni la sombra de lo que hiciste hace un año. Aunque, a decir verdad, llegaste a estas tierras con dudas sobre tu técnica vocal, dudas que nunca pudiste resolver con tu maestro porque él se fue de gira y tú te mudaste. ¿Algún día las aclararás? ¿Algún día tendrás para ir a tomar tu clase de $500.00 MN (más transportación ida y vuelta) a la Ciudad de México? Esperas que sí. Mientras tanto, tratarás de no desesperarte con tu falta de condición física. Ya no eres lo que eras. Ya eres vieja. Pronto dejarás de servir.
En lo que eso pasa, aprovecharás la garantía que este cuerpo aún te proporciona…(¿Por cuánto tiempo?)
Ojalá el cuerpo te alcance para lograr todas las metas que aún tienes por delante.

No hay comentarios: