martes, 21 de febrero de 2012

Ahora resulta.


Sin hacer mucho esfuerzo, te caíste de bruces. Con tanto ocultarte, te delataste. De tantos cuidados, te pusiste al descubierto.
Quizás tengas suerte, quizás, te la quite. Quizás sea más divertido permanecer silenciosa y ver, y divertirse y ver.
Sin esperar nada llegaron resultados, los jamas imaginados; sorpresas de la vida futura, bien ligada al pasado imposible de recordar. Quien pudiere aliviar mis males, la vida le debiere...
Quien debiere la vida regalarme, jugare y perdiere...
Ese daño, ese desquite, esa furia no recae en nadie más que en ti.

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