lunes, 24 de mayo de 2010

Desdecires...

Hubo una vez una felicidad andante que no sabía más que de ella misma, que no podía ver más allá de sus propias narices, que repudría en sí misma y en sus mañas y perversiones. Hubo una vez una felicidad terrible que arremetía con todo, que iba contra todo, que quería cambiar el mundo a su imagen y semejanza.
Hubo una vez un día en que la felicidad se encontró con otra y jugaron a ser más felices nunca antes, hasta que se callaron todas.
La felicidad y ser felices no son lo mismo y se desencontraron en diferentes paredes y juegos.
¿Cuándo la felicidad aceptará los cambios?
¿Cuándo ser felices no negará más el serlo?
¿Y si es feliz de ese modo?
Hubo una vez una felicidad que se le olvidó ser feliz un rato, todo por recordar aquél viejo puente... Justo después de eso:




Llegaron los desdecires. ¿Acaso tendremos más de eso?

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