jueves, 2 de octubre de 2008

Que se me culpe a mí de los actos ajenos.

Ya parecerá, ya aparecerá, ya caerá todo por su propio peso, como mis colgajos, como mi cuerpo cansado, como las bolsas de mis ojos...ya será así, como fue rapidamente aquel somnoliento sábado de enero, en el que se me descubrió y enfrentó.
Ya. Fue. ¿Es? No. Fue.
Claro, fue mi culpa vender el manual de cómo hacérselo. Sí, fue mi culpa que justamente alguien pasara por la vendimia, lo encontrara y aplicara mis tips. Claro, fue mi culpa que el manual se siguiera al pie de la letra y que resultara todo tan familar. Claro. Y por supuesto que cada quien se hará cargo de las informaciones y de sus propios sentimientos. Yo...yo no cargaré más con ello.
Cada quien toma las decisiones que cree conveniente para sí.
Ojalá no se convierta en su madre; ojalá no se le engañe más; ojalá no se deje engañar.


¿Mejor persona? Sin mí, porque conmigo no lo logró o no tomó en serio sus esfuerzos para conmigo; ya no lo sé. Ahora se forman miles de versiones en mi memoria...Creando memorias...


Götterdämmerung





"Haga sólo lo que sea bueno para usted" El gabinete del doctor Caligari

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