viernes, 31 de octubre de 2008

Así era

"un amor como el de mis padres que con una mirada se lo decían todo"
Cuéntame cómo pasó.


Me encontré con un cuento, un viejo cuento escrito en dos partes, con fechas distintas entre ambas partes y unido a uno hace tiempo ya también. No, no lo pondré aquí, ni allá, no lo pondré en ninguna parte virtual, hasta saber si puedo hacer algo más con él. En este cuento hay algo más que ficción, como en muchos otros; hay felicidad, congoja y dolor: Está allí, sintética, la relación aquélla; la estrecha visión que tuve del mundo que dejé atrás, de esos segundos que ahora se ven insignificantes, que solamente nos incumbió a dos y que ahora, cuando los narro, parecen estampas monstruosas de una cotidianidad viciada.

Ahora pareciera que todo fue su culpa, que todo fue incómodo, equívoco y tortuoso. No fue así tampoco. Fue como fue; tampoco fue mi culpa por completo. Fuimos dos, dos hermosas niñas que jugaban a crecer, a conocer, a desesperar, a sacar lo mejor y lo peor. Dos niñas desnudas en cuerpo y alma, siempre explorantes, hasta que eso no dio más pa'llá.

Sí, en ese cuento se ve más allá de mí.

Como él, el personaje, así la quería yo.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo recordar esa reunión... aunque vista desde otro ángulo, como siempre...