sábado, 31 de julio de 2010

La última de julio

Mañana es agosto, hoy es aún julio. ¿Qué me dio julio que no me han dado otros meses? Lluvia, poco sol, nerviosismo, sueño y cansancio. Julio me ha roto un poco y ha empezado a arruinarme. Busco cosas necesarias para el viaje y trato de deshacerme de las innecesarias, de los pesos del corazón, los corajes, las faltas y las ausencias. ¿Dónde estás ellos que no poco he invocado? ¿Será buena idea volver a convocar a la gente? ¿No es acaso mucho ruido y pocas nueces?
¿Quién tiene interés verdadero? ¿Quién dice no hay problema, allí estaré? Pocos y son los que en realidad quiero, los mejores de mi vida.
De repente, al tratar de soltar mis amarras, llega algo y me pregunta por mis quereres. ¿Se los digo todos? O dejo de abrumar a la gente.

Catorce días para tomar mi vuelo hacia Vermont.


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