jueves, 14 de diciembre de 2017

Estación Obsesión

De hablar y hablar, de pensar y repensar. De eso está hecha la obsesión.
Unos me dirán que no le dé más vueltas, que me hace mal. Otros me dirán que eso no tiene solución. Otros, que todo es confuso porque no tiene sentido y no, no lo tiene.
Quizá tenga un sentido oculto, quizá no; quizá él le encontró sentido, muy probablemente se inventó toda una historia en su cabeza para salir avante en la lid y quedar bien parado.
No, lo lamento, no has quedado bien parado.
Si bien, pocos o casi nadie sabe tu identidad, esos pocos también esperaban más de ti, al igual que yo.
Ahora viene la fase de la obsesión y ya fue; más bien, está la fase del bonito recuerdo, aquél con el que una bella dama prefirió quedarse a arruinar el romance con la realidad. (Se llamaba Gonzalo).
Sé que no hay nada que entender; sin embargo trato de reconstruir los hechos, rearmar los momentos, revivir y volver a sentirlo todo, todo, desde la dicha, hasta el placer; desde la incredulidad, hasta el desequilibrio.
Sí, era la mujer más feliz.
¿Y ahora?
Si bien, no soy la persona más infeliz, tampoco estoy feliz; estoy más bien triste. Triste repasando los pasajes dolorosos; triste acariciando los gozos y sonrisas. Triste siempre y siempre triste.
De pronto mi cuerpo se tira, deja de hacer, suelta las manos y mantiene la mirada fija en no se qué y así podría estar por horas, casi días o medios días, y no pienso en nada, más que en ti, pero ni siquiera pienso en lo que podrías estar haciendo, sino en lo que ya no pudimos hacer. No por mí, sino por ti. Sí, esta quizá sea la etapa de la culpa, no hacia mí, sino hacia ti, porque lo único malo que pude haber hecho fue decirte lo que en verdad quería de ti y ya. Eso fue todo. Das war alles. 
En en camino nocturno sólo pude repetir a manera de mantra dos oraciones:
Der Ofen ist auf. Er lacht dazu. (Acabó. Él ríe de ello) 
Der Ofen ist auf. Er lacht dazu.
Der Ofen ist auf. Er lacht dazu.
Y todo por tu risa cuando recordaste que sí se dice en alemán 'ja'. Fuiste cruel.

Después leo palabras muy bellas, palabras que me llenan de ganas para seguir viviendo este proyecto loco, donde se me dice que siga seduciendo, que siga con el amor libre y que siga siendo ejemplar. Me lleno de lágrimas, lágrimas de amor y alegría, porque sí, soy más que un receptáculo de duda e inseguridad.
Soy una persona llena de divinidad.


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