domingo, 1 de julio de 2012

De lejos


Perfección y miedo. Miedo a lo que no puede ser controlado. Control de todo. Control de nada, finalmente. La espera, la angustia, el bochorno de los otros, la simplicidad de sus juegos y yo sentada a la orilla de los escalones, pensando, flexionando fuertemente mis dedos para ejercitarlos, reflexionando sobre datos blandos y sueños duros. El tiempo que avanza y no ayuda, ni ahoga, ni nada; pasa de lado sin molestarse en saludar. ¿Dónde quedaron esos tiempos en los que dejabas pasar las insignificancias que no estaban en tu control? ¿Dónde está esa confianza de simplemente ser? ¿Por qué el empeño en la perfección y la parálisis del miedo?
¿Para qué seguir escribiendo?


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