sábado, 19 de febrero de 2011

Atorado


¿Quién dijo que soltar es fácil? ¿Quién dijo que dejar ir lo es? ¿Quién dijo que no mostrar miedo es pan comido? ¿Papa caliente? Pásalas.
Se entrega mucho, se entrega más, se entrega todo. Todo un año dado y aún se espera algo a cambio, ¿quién dijo que siempre se tiene que dar algo a cambio? Equivocaciones de todos los días que hacen suspirar de tan sólo recordar palabras, frases sueltas, comentarios sin importancia, o tal vez comentarios cargados de toda la importancia, ¿quién más que la persona que los dijo, puede saberlo? O es acaso todo cuestión de interpretación.
Ensoñaciones frecuentes, ardientes; no querer recordar nada de ellas, el miedo no anda en burro, dicen; diría yo que anda en camello, en alpaca o hasta en elefante; diría yo que pisa más firme que todos esos animales juntos, que todo un zoológico o un circo.
Dar todo por nada o dar todo y esperar algo, o dedicar un mínimo esfuerzo y esperar a que los milagros pasen. Si no desesperara el que espera.
O deja de sentir, o siéntelo todo, o conóceme por completo al fin, que yo jamás te he pedido nada, ni explicación, ni tiempo, ni vida; que los acuerdos bien han sido claros y sólo hay permiso de quererte.
Si tan sólo fuera así de fácil, ¿verdad?

1 comentario:

Eva Mora dijo...

Para mi amiga Gisela y para todas...