miércoles, 21 de abril de 2010

El juego VII


Y pretender que no estoy aquí, que todo fue solamente una imagen en mi cerebro, o imaginaciones tuyas. Pretender.
Jamás tú y yo estuvimos juntos en la calle, ni miramos pasar los autos, ni estuvimos en absoluto silencio. Jamás.
Será acaso que nosotros dejamos de oír los mares de la luna y nos quedamos ciegos y recogimos nuestros restos con las bocas desdentadas. Será.
No puedo asegurarte nada, no puedo. No debo seguir el juego, no debo. Hago caso a las emociones o las dejo a un lado o las reciclo o las creo o soy una adicta sin remedio. No puedo.
Tic tac de las sirenas que se ahogan con el viento y esparcen sus tibias muecas de cansancio. Las conoces y sabes que son ciertas, casi tan ciertas como el día, ése día, que logramos todo en tan poco tiempo.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Puedes

Olvido

lecter dijo...

Será que el juego no quiere acabar o será que los que juegan no se han cansado