miércoles, 2 de diciembre de 2009

La indignación

La indignación vino cuando el maestro nos dijo que el concierto salió casi bien porque no hicimos lo que teníamos que hacer. ¿Qué no se mordió él la lengua? Si él, por sus huevos y moños, empezó a montar tarde Mendelssohn, ¿qué no se acuerda?
El público dijo que el concierto sonó bien.
Nosotros sabemos en qué nos equivocamos e hicimos por no pelearnos entre nosotros; entonces ¿para qué echa leña al fuego nuestro director? ¿Por qué muestra de plano su divez con nosotros?
Creo que todo fue cuestión de ensayos: de la falta de. Hicimos a lo mucho diez y no siempre todo el coro que iba a participar estuvo allí.
Creo que yo cumplí mi parte.
Punkt.
Y por eso me indigno. Por eso y porque siempre parece que los coros me terminan pagando más, cuando yo doy el 100%.

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