Con ganas de perder todo en la última apuesta y dejarse llevar por la calle de la amargura. Y ¡vámonos porque aquí espantan! o eso dicen por allí, que no lo creo del todo. Las cosas cuando se mezclan no siempre salen buenas, ojalá y mis curaditos resulten en algo bueno y exquisito...
Y vamos ahora con los mentados deseos de año nuevo. ¿Cuáles deseos?
Que ya no sea yo un cúmulo de rencores sin fin. No lo creo. Mis deseos de matar son muchos, son todos; tal vez sean todo lo que me queda.
Mientras tanto, aquí sigo: En el rincón del arrumaco.
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¿Las relaciones pasadas? Están pasadas, quemadas, dejadas de lado a fuerza de tiempo y pena. "Ni modo" se podría decir. No me gusta decirlo. Es una horrenda manifestación de lástima.
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¡Demonios! Mil y mil demonios. Sé que me esperaba; sé también que no lo manifestó adecuadamente ni a tiempo. Sabía que el destiempo nos mataría. Sabía que la dejaría.
Ya un año ha y no hay momentos propicios ya de arrepentimientos.
La odio. Punto.
Mucha suerte
2 comentarios:
A río revuelto, ganancia de pescadores...
No creo que haya un dicharajo más exacto que ése para describir objetivamente una situación que escapo a mis expectativas.
Finalmente, yo he sido quien... yo he sido quien...
No, no es psicosis. Sólo un hacker inexperto... Yo, anónimo de otras horas soy quien ha degustado placeres de su carne...
Es más... es más... ya vuelvo.
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