Raza

Dicen por allí que hoy fue El Día de la Raza. Al respecto poco puedo decir. ¿Qué es la raza, sino las características especiales de un grupo humano? O no sé. Que me desculpen los antropógolos, que para eso y muchas otras cosas más deben estar.

Lo único que podría agradecer y maldecir este día, no es el famoso encuentro de dos mundos, ni la llegada de la mentada civilización a este continente, ni el hecho de que haya güerecitos en este pais de prietoncitos. No. Lo único que podría agradecer y maldecir al mismo tiempo, en este día, en este instante, a cuarenta y cinco minutos de acabar el día (y contando), es mi herencia genética, la que me hizo como soy, la que facilitará mi forma de morir, la que me dará diabetes o cáncer o me hará alcoholicao con cuerpo de sapo; la que facilitará que yo pueda tener hijos casi hasta los cincuenta o me dejará sorda llegando a los setentas.

Eso sería todo lo que habría que celebrar este día. ¡Oh la mexicaneidad de prietoncitos con lo peor de los nativos de la América y lo peor de los españolitos marineros y ex judíos.

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Mejor terminar el día contando cómo celebró Mi Gato su cumpleaños.

Volando Papalotes (PAPALOTES, NO COMETAS, ¡ESTAMOS EN MÉXICO!) y retozando el buen y caluroso domingo.