miércoles, 28 de octubre de 2009

¿¿¿¿¿?????

Escribí bien en mi diario de calle que pareciera que lo que tengo es un montón de deseos. Deseos incumplidos, incumplibles, indecibles, irrealizables, censurables.
Pareciera que quien dijo que yo exigía demasiado y que nunca estaba conforme con lo que se me daba tenía la razón.
Pareciera que tengo nostalgia de lo irrealizado, de lo lejano, de lo que he dejado para después. ¿Es eso lo que me traigo en mente?
De pronto soy feliz, tan feliz que me percato y digo: "Soy feliz, estoy feliz" Pero ésa es trampa segura, porque en cuanto reconozco mi felicidad, reconozco también que puede desaparecer en cualquier momento; mi estado de ánimo es delicado.
Ayer era feliz. Hoy no.
¿Qué fue lo que cambió?
No sólo el número telefónico olvidado, que no soy dispensable para cantar en un gran coro, que no tengo en donde caerme muerta, que no estoy haciendo lo que se supone que deba hacer, que sigo esperando un mail que me de certeza. No. Es otra cosa: Es el "no hay de otra", "no siempre se puede", "ya ni modo", que acompañan varios de mis deseos frustrados, de mis ganas sueltas, de mi "mejor pensar en otra cosa"
Como bien dicen los que saben:

Ya ni llorar es bueno.

No hay comentarios: