Bueno, bueno, seca no estoy, estoy perpleja de mí, cansada de mí, hastiada de mí. Tal vez un cambio, tal vez convertirme en una persona nueva (no una persona más), tal vez rescatar aquello que fui o mejor botarlo a la basura para siempre.
Lo que fui...
Con quien fui...
Esa persona que yo maté hace un año. Primero le quité todo, luego la dejé sin nada y para terminar, la ahorqué. Sí, yo fui quien la dañó, quien la dejó hecha una piltrafa, una loca, una crédula. ¿Conmigo lo era? La semilla estaba.
La maté.
Y luego me muero yo; ya me había muerto. Lo mejor es que nunca renazco, me quedo en mí y cuasitransformo lo que soy (y lo que no soy lo desecho) (y lo que soy siempre está allí). Total que al final de todos los viajes y vicisitudes siempre quedo en el mismo sitio:
1 comentario:
a mí me pasa eso casi siempre, pero si me tomo un roncito vuelvo , no amí, sino a un remedo de mí, que si bien es falso, me ayuda a escribir...
a nada...
Publicar un comentario