martes, 19 de mayo de 2009

Nada es igual, pero somos los mismos.

Mismos vicios, mismas sucias mañas, círculos y círculos. Por más que digamos, juremos y perjuremos que hemos cambiado a fuerza de golpes, que no somos los mismos del otro día, día, día, día, día...
¿Por qué no ir al cine? ¿Quién hará los dramas primero? Nadie puede entender su gusto nulo por la sala de cine jajaja y tanto que se había llenado la boca de que había cambiado y que ahora ya salía al cine. Tal pareciera que con la gente a la que entrega su entera confianza, le enseña son más el cobre. Río, mucho y bien, porque el que ríe al último...(hasta me orino)
Podríamos hacer miles de apuestas para ganarnos un dinerito sobre sus destino, pero estamos de acuerdo con que eso es pura dependencia al enloquecimiento.
Tarde o temprano se cae en el mismo hoyo.
¿Crees que eres otra a la que yo conocí?
¿Me crees tan ingenua?
No. Por eso te hablé como te hablé, según tú como si fueras mi madre; según yo, como si no fueras nada. ¿Para qué hablarte con cariño si tú me dices: "algo más"?




Lo más que podemos hacer es fingir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sé que no eres fanática de Pablo Neruda. Sé que no lo eres en absoluto, pero me resulta inevitable establecer la comparación entre tu última frase de este texto y una de las oraciones que dan forma al poema número veinte de los poemas de amor y la canción desesperada... "Nosotros los de entonces ya no somos los mismos... Puedo escribir los versos más tristes esta noche..."

Me gustaría llegar a establecer muchos niveles contigo, lograr salir de nuestro círculo del eterno retorno y crear rodeos que incluyan nuestras patologías en común...

A veces me gana el optimismo, qué hacer.

Anónimo dijo...

Ah! un verdadero alivio, un cambio de aires en la tan viciada ciudad, repleta de fumadores desesperados por un área abierta dónde apaciguar sus tan desaforados vicios. Un descanso de la obsesión por la repetición, por la fijación oral que reclama a cada instante su lugar entre la pléyade de manías funestas que a más de uno aquejan. Hoy lo he sentido. He leído y me regocijo en la casi involuntaria acción de tu oralidad. Gracias!