jueves, 19 de marzo de 2009

De Sazón

Como todos alguna vez en la vida, como todos alguna vez en el día, yo padezco de-sazón, que no exceso de sazón, sino de-sazón. ¿Dónde está la energía de antaño? ¿Dónde está la fuerza, los sueños, las ganas de ser otro? ¿Dónde lo verdadero?
Mirar a tu grupo favorito con la misma cara y postura no es nada bueno, ni para los que sí se prenden, ni para sus columnas vertebrales. En algún momento han de estirarse, desperezarse, quitarse la eterna modorra de oficina. ¿No para eso van a los antros? ¿O nomás van a chupar y a fumar en las calles?
Yo nunca quiero ser así.
Pensé que en verdad habría alguien que marcara la diferencia.
Tantas cosas.
Pareciera que todos van a los grandes eventos nada más para salir del hoyo físico en el que están, mas no del mental o que nunca resistieron la absorción de la pc y la silla con rueditas.
¡Oh santo cigarro, oh santo alcohol, oh santas baladas, oh santa cursilería, oh, oh, oh!!
Nunca nada será diferente. Aquellos que malmiré por no prenderse, serán iguales a sus padres; repetirán historias terroríficas y se persignarán cuando pasen frente a las iglesias.

Estoy decepcionada.

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