martes, 20 de agosto de 2019

Aniversario.

Gracias Isis por soportar este cambio.
No estamos muy seguros de el día en que llegamos acá, ¿cuándo fue nuestra primera noche en el hogar conjunto? Estamos con que fue el 18 de agosto, la verdad no nos acordamos, podríamos recordar, ver anotaciones, algo, pero creo que preferimos no hacerlo.
Así que simplemente este pasado 18 de agosto, celebramos nuestro aniversario.
Hice ricas hamburguesas con papas a la crema, nada light, porque no nos gusta la comida light, ni los reemplazos, aunque, a decir verdad, la carne de hamburguesa estuvo compuesta por carne molida y lentejas en puré. Miren que salió bastante bien. No hay fotos, porque vivimos el momento y ya. Fue un buen día.
¿Qué nos deja el aniversario? ¿Qué nos deja el año viviendo juntos? ¿Sentimos más, sentimos menos, sentimos igual? ¿Hemos cambiado?
Creo que no hay respuestas, aún, y no las hay porque no las he querido responder, creo que tampoco mi amor, porque no tiene caso, por el momento, no hay mucho que decir de más, o de menos, solamente escogimos estar y ser felices ese día, el anterior y el que sigue. Fue así, porque tuvimos días difíciles, donde no estuvimos, porque todo apuntaba a la gran pelea, o pequeña, pero pelea, donde todo parecía desacuerdo tras desacuerdo, pero no, eso se ha arreglado, ¿cómo? No lo sé. Creo que tomando distancia (uno, dos, uno, dos, uno, dos, tres…). Siempre es bueno tomar distancia, tener unas pequeñas vacaciones de la vida diaria, mirar con los mismos ojos diferentes aires. Los aires buenos y malos; los malos y helados, esos que no son los del hogar; los buenos y graciosos, de esos que van escaseando. 
La familia está, sólo está. Siempre las mismas dificultades y luego, mejor regresar a mi hogar, este que sí me gusta, este que sí se ajusta a mis necesidades psíquicas, físicas, emocionales, carnales y amatorias. Nuestro hogar, el del caos y el orden que se niega a ser vencido (aunque todo parezca no más que caos); nuestro hogar, cuna de Fufú y de Asuka, retiro de los años de frío de Isis…
Oh, Isis, tan bella gata, que ha soportado la mudanza y al nuevo integrante de la familia,  al que ha sabido manipular y hacer de él lo que quiera, porque para eso son los humanos, según dice mi amor. Yo sólo sé que soy de Isis y que tenemos una relación bastante peculiar y unida, aunque lo niegue la felina.
Nuestro hogar. Todo lleno de plantas que crecen sin control, zapatos que se niegan a estar ordenados, cajas, plásticos y chucherías; lleno de sueños e ilusiones, de sábanas que se ensucian pronto (jeje) y de maullidos demandantes porque ya tienen hambre (aunque coman bichos durante la noche).
Nuestro hogar con nuestra familia de gatitas y que promete ser más grande e innovador, más espacioso y también más alocado y lleno de verdor.
De eso se trata la vida.

1 comentario:

Petite Ivonne dijo...

Felicidades. Es hermoso tener un hogar e ir inventándose día a día la normalidad. Un abrazo