lunes, 8 de octubre de 2018

Espera

De nuevo en un café del centro de Cuautla, creando y trabajando, de nuevo. Y aquí sentada, de nuevo, pero ahora esperando a que regrese él de su llamada telefónica, o de su conversación, o de cualquiera cosa que esté haciendo. En espera.
En espera de un par de llamadas (ahora sólo me falta una), en espera de horas, de días laborales y laborables, en espera…¡Cómo se pasa el tiempo! ¡Cómo se viene la tarde!! Ya viene.
Y soñar que te debes maquillar porque te espera algo importante, quizás una cita de trabajo, quién sabe, pero soñar que no tienes maquillaje y que debes pedir prestado uno, pero que no te queda, que se te despega, hasta que alguien te dice que vayas de ti misma, así con tu ropa y sin maquillaje, soñar, ¿eso funcionará? ¿Eso funcionará en estas tierras? ¿Son necesarias, son importantes, son mis credenciales suficientes?
Pues quien sabe, espero que sí. Este momento de la decidia, de la esperanza total, de buscar y rascar, este momento que se alarga día con día, pero que en serio, espero en serio, que termine en algún momento para no terminar el sueño, o para comenzar uno nuevo. ¿Quién más querrá conquistar el mundo?
No quiero dudar de estos lares, no quiero, así como no quiero dudar de mis capacidades, así que continuaré con fe y esperanza, esa que casi no tenía años antes, pero que ahora hay, porque sí que la hay, ¿o qué más hay?
Estos sueños inquietantes, el colchón oreándose, una lavadora sin estrenar aún y muchas ganas de darle, pero con un dominguito previo para descansar de los pendientes, un dominguito retacado de amor y besos. Eso hay.
También hay sapos, iguanas, grillos y muchas mariposas.




No hay comentarios: