Tras un poco menos de una semana, he adquirido un teléfono móvil para seguir comunicada con el mundo exterior. Fue agradable tener unos días de cero ruido para pensar y hacer cosas que siempre quise hacer, como leer mi bella novelota o retomar la flauta contralto. ¡Sí que se me dificulta ahora!
Todo será cuestión de práctica.
Las depresiones avanzan lentamente, pero las combato con la hechura de comida y demás ensoñaciones; es lo mejor, ¿no?
Seguimos picando piedra; luego saldremos a desmontar un terrenito para emprender la aventura de la casa, la casita de una sola planta, porque no me gusta subir y bajar escaleras para limpiar. Eso se hará pronto.
Tenemos un montón de proyectos.
De eso se trata la vida, ¿no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario