martes, 24 de julio de 2018

La DIOSA

La DIOSA, ¿qué es la DIOSA? Yo misma me lo preguntaba sendas veces y al mirar al interior lo sabía. La DIOSA está dentro, está fuera, está por doquier. Es la fuerza, la semilla y la voluntad; es la capacidad infinita, ilimitada. Una sonrisa, ojos a veces cansados, a veces llenos de lágrimas y otras veces, sonrientes. La DIOSA se manifiesta y lo come todo, lo toma todo, lo quiere todo para ella, pero es generosa y también da. 
Da caricias, da canciones, da miradas de reproche, de gozo, de gusto, de regaño, de berrinche. La DIOSA no es perfecta, pero en su imperfección lo abarca todo. Teme, huye, se esconde, luego simplemente se avienta, grita, habla, se abre, y luego se cierra.
La DIOSA es para todos y sólo para uno sólo. La DIOSA es para sí misma; le gusta gozarse, tocarse, le gusta mirar su figura y jugar con los sentidos, el placer, el dolor, los aromas suaves y los sabores fuertes. ¿Qué es la DIOSA, sino una manifestación deliciosa y humana de la fuerza de Natura?
La DIOSA se manifiesta y es feliz. Lo quiere devorar todo, sobretodo a quien la ama, quiere su placer, quiere su dolor: Quiere la belleza del Todo.
Si me preguntan dónde pueden encontrarla, tendrán que ser amables, bellos, extraordinarios, dignos de ella. Si son dignos, la DIOSA les ofrecerá su cuerpo mismo, pedazos de su alma, belleza y creaciones. Si no lo son, ella no se molestará siquiera en mirarlos, pero, es mejor no molestarla.
A la DIOSA le gusta el silencio y la soledad. 
A la DIOSA le gusta jugar.
A la DIOSA no le gusta que la interrumpan, es iracunda.
A la DIOSA le gusta que le hagan caso.

La DIOSA te mira, te toca, huele, degusta. Acaba contigo, mientras ella misma se consume de amor.





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