domingo, 4 de marzo de 2018

Un escrito para Isis, 4 de marzo.

Para mi querida gata Isis:
Hoy cumples 14 años. Hace unos días desperté un pensamiento en la cabeza: que estabas por cumplir los 14 años, ¡tanto tiempo juntas! Has estado conmigo y yo, contigo, salvo unos cuantos meses en los que no estuve viviendo conmigo, pero luego volví, nos reconciliamos y no nos hemos separado.
Tanto, tanto tiempo que me has dado, tanta vida, tanto amor, si eso se puede llamar amor.
Has estado conmigo durante las 3 grandes relaciones de mi vida, has convivido con los tres, les has platicado, les has dicho te te rasquen la panza, que te den de comer, que quieres dormir, que qué bueno que vinieron, para dormir más calientita (aunque eso implique que la cama se mueva un poco más).
Antes te ibas por días, semanas, y regresabas hasta con arañas. Ahora no sales de casa ni a tomar el sol, apenas asomas tu nariz para oler cuando hay viento, además de que está el Gatucho y se miran feo. No me importa que ya no salgas, ni que duermas por tanto tiempo, no me importa que me aplastes y que me mires con desaprobación; me importa poco que me levantas por las noches porque quieres salir a mear o a comer más, poco, porque sí me importa, porque pareciera que esperas el momento preciso del bello sueño para interrumpirlo. Gata mañosa.
A pesar de que platicas de más, haces ruido, esperas a que duerma para ponerte a maullar, y hasta una vez me enfermé porque me hiciste levantar de la cama tres veces en la noche más fría de este invierno, a pesar de todo, te agradezco por toda la vida que me has dado y me sigues dando, por tus ojitos sobre mí, por tus pelos que tengo que cortar, por tus arañazos en mi antebrazo, por tus orejitas frías, por dormir espalda contra espalda conmigo y por la exigencia de mi atención.
Gracias Isis.
Felices 14 años. 
Quédate conmigo todo lo que quieras.

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