viernes, 1 de septiembre de 2017

Supuesto aniversario

Divertido, muy divertido el ver la insatisfacción, la irresponsabilidad, la inmadurez emocional de la que hace gala aquél que un año atrás me pidió negarlo tres veces (o algo así). Más que gracioso, es penoso, penoso el ver cómo oculta algo que no es nada, ni lo fue en ningún momento, porque era fugaz y mero divertimento, no más. ¿Cariño? Sí, tal vez hubo, pero no el suficiente como para tambalear mis relaciones o poner en perspectiva mi vida.
En realidad no es nada, no fue nada. ¿Lo extrañé? Sí, como se extrañan los buenos momentos o quien aguante tus malos pensamientos.
Ni modo, ¿qué se le va a hacer? ¿Qué puedo hacer ante una persona maniatada por su propio gusto?
Y pensar que yo… (no termino la frase).
Cual si fuera realmente importante y no; quien fue importante aún está, o no, pero estuvo. ¿Quién de ustedes es capaz de hablarle a una desconocida para preguntar si aún tienen contacto con su pareja en turno por celos de algo que pudo o no haber pasado cuando no se estaba o se mantenía relación con con la dicha pareja en turno? Y usted, pareja en turno, ¿es incapaz de sosegar a la fiera que se ha despertado por las imaginerías de terceros? ¿Qué tanto mal le ha hecho que no puede ponerle un alto?
Pobre tonto.
Mejor sigo con mi camino, este lleno de sorpresas y pequeñas satisfacciones, lleno de luchas, campañas, empresas y amores. Lleno del todo y la nada y de las maravillas causadas cuando los caminos verdaderamente importantes se juntan.
¡Qué más quisiera ese pobre tonto el tener la libertad de amar de los modos todos en los que se puede amar!
El modo honesto. El modo silencioso. El modo extravagante. El modo nihilista. El modo sibarita. El modo libertario. El modo desprendido. El modo que a uno le dé la gana.
Lo siento, tú que fuiste amigo, por estar ahí, en el no modo.
Mientras tanto yo, en mis ensoñaciones varias, seguiré pensando gratamente en nuevas y viejas formas de ser mí misma; me seguiré mostrando cada vez más tal cual soy, no tendré más empacho, porque sí, un amor, un cariño, la enunciación del mismo, me hace más segura, confiada y relajada.
Ahora puedo ser yo.



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